
El short selling, también denominado "shorting", es una estrategia financiera que consiste en vender un activo con la intención de recomprarlo posteriormente a un precio inferior, obteniendo beneficio de la diferencia. Este método difiere esencialmente de la inversión tradicional, donde los inversores compran activos con la expectativa de venderlos más tarde a un precio superior.
El short selling surgió en el mercado bursátil neerlandés del siglo XVII, aunque la estrategia ganó amplia notoriedad en acontecimientos como la crisis financiera de 2008 y el short squeeze de GameStop en 2021. En este último, los inversores minoristas coordinaron compras masivas que elevaron los precios de forma artificial, generando grandes pérdidas para los vendedores en corto: esto se conoce como "short destroyed", cuando las posiciones en corto quedan eliminadas por subidas abruptas de precio.
Al abrir una posición corta, el operador expresa una visión bajista sobre el activo y apuesta por una bajada de precio. Esta técnica se emplea masivamente en mercados financieros, como acciones, materias primas y criptomonedas, tanto por inversores minoristas como por instituciones profesionales como hedge funds.
El short selling tiene dos objetivos principales: especulación (buscar beneficio directo por caídas de precio) y cobertura (proteger frente a pérdidas en otras inversiones, como seguro para posiciones largas en activos relacionados).
El short selling funciona mediante el préstamo de activos. El operador aporta la garantía solicitada y recibe el préstamo del activo para venderlo en corto. Lo vende de inmediato al precio vigente, abriendo una posición corta.
Si el operador acierta y el precio baja, recomprará el activo a un precio inferior y lo devolverá al prestamista, pagando el interés acordado. El beneficio será la diferencia entre el precio de venta y el de recompra, menos comisiones e intereses.
Por ejemplo, en el mercado de Bitcoin, si un operador toma prestado 1 BTC y lo vende por 105 000 $, abre una posición corta; si el precio baja a 100 000 $, puede recomprar el BTC y devolverlo, obteniendo 5 000 $ de beneficio (menos comisiones e intereses). Si el precio sube a 110 000 $, la recompra genera una pérdida de 5 000 $ más gastos. En casos de subidas bruscas, el operador puede sufrir un "short destroyed", es decir, pérdidas tan graves que la posición es liquidada por completo.
En el mercado de acciones ocurre lo mismo. Si un inversor prevé que las acciones de la empresa XYZ, cotizadas a 50 $, bajarán, toma prestadas 100 acciones y las vende por 5 000 $. Si el precio desciende a 40 $, las recompra por 4 000 $, las devuelve y obtiene 1 000 $ de beneficio (menos comisiones). Si el precio sube a 60 $, recomprarlas cuesta 6 000 $, lo que supone una pérdida de 1 000 $ más costes adicionales.
Existen dos tipos principales de short selling, cada uno con riesgos distintos. El short selling cubierto es la práctica estándar y más común: el operador toma prestadas acciones reales antes de venderlas, garantizando la entrega al comprador. Es el método más regulado y aceptado.
El short selling al descubierto ("naked short selling") implica vender acciones antes de disponer de ellas, lo que puede llevar a que se vendan más acciones de las que existen en el mercado. Por los riesgos de manipulación y de inestabilidad sistémica, suele estar restringido o prohibido en muchas jurisdicciones. Los reguladores aplican controles estrictos, como la Regulation SHO de la SEC en EE. UU., que exige localizar y entregar las acciones en las ventas en corto.
Para operar en corto, los traders deben cumplir requisitos de margen específicos. Como el short selling implica préstamo de activos, las plataformas exigen cuentas de margen con garantía suficiente.
El margen inicial es el requisito principal. En mercados tradicionales, equivale habitualmente al 50 % del valor de la posición corta, lo que obliga al operador a depositar la mitad del valor como garantía. En criptomonedas, estos requisitos varían según plataforma y parámetros.
Además del margen inicial, el margen de mantenimiento garantiza fondos suficientes para cubrir pérdidas en curso. Se calcula según el nivel de margen, es decir, la relación entre activos y pasivos en la cuenta.
Un riesgo crítico es la liquidación. Si el margen baja del mínimo exigido, la plataforma puede realizar una llamada de margen: el operador debe aportar más fondos. Si no lo hace, la posición se liquida automáticamente para cubrir el préstamo, lo que puede suponer pérdidas importantes y un "short destroyed", especialmente en mercados volátiles.
El short selling ofrece ventajas estratégicas a inversores y traders. La principal es la posibilidad de ganar en mercados bajistas. Mientras las estrategias largas dependen de subidas, el short selling permite beneficiarse de caídas y obtener rendimientos positivos en mercados en descenso.
Otra ventaja es la cobertura de cartera. El short selling ayuda a compensar pérdidas en posiciones largas, especialmente en mercados volátiles. Por ejemplo, un inversor con exposición larga a tecnológicas puede abrir cortos en índices sectoriales como seguro ante caídas generales.
Además, algunos expertos sostienen que el short selling contribuye al descubrimiento de precios. Los vendedores en corto analizan en profundidad para detectar acciones sobrevaloradas, revelan información negativa, corrigen distorsiones y mejoran la eficiencia del mercado.
El short selling también impulsa la liquidez al aumentar la actividad de compraventa. Más participantes facilitan transacciones, reducen spreads y mejoran la formación de precios.
A pesar de sus ventajas, el short selling implica riesgos relevantes. El más grave es la posibilidad de pérdidas ilimitadas, ya que el precio puede subir indefinidamente y el beneficio está limitado porque no puede caer por debajo de cero.
Muchos traders profesionales han quebrado por operaciones cortas fallidas. El evento más peligroso es el short squeeze: el precio sube bruscamente por noticias inesperadas o compras coordinadas, obligando a recomprar a precios elevados y causando grandes pérdidas. Esto se denomina "short destroyed", cuando las posiciones cortas se eliminan por volatilidad extrema. El caso GameStop en 2021 es un ejemplo, con vendedores en corto viendo sus posiciones destruidas por una subida rápida.
"Short destroyed" es el peor escenario para los vendedores en corto: movimiento adverso de precio, liquidación forzosa y costes crecientes que eliminan la posición y generan pérdidas superiores al capital inicial. Este fenómeno es frecuente en mercados volátiles como el cripto, donde los movimientos de dos dígitos ocurren en horas.
Los costes de préstamo son otro reto: las comisiones e intereses pueden ser altos, especialmente para acciones demandadas y difíciles de conseguir, reduciendo los beneficios posibles.
En acciones, quienes venden en corto deben pagar los dividendos emitidos mientras mantienen la posición corta, lo que eleva los costes. También existen riesgos regulatorios, como prohibiciones o restricciones temporales en crisis de mercado, que pueden forzar el cierre de posiciones en condiciones desfavorables.
El short selling genera debate por su impacto ético y en el mercado. Los críticos afirman que agrava las caídas, provocando efectos en cadena que intensifican las crisis financieras. Preocupa que las empresas sean atacadas injustamente por vendedores en corto, perjudicando a accionistas, empleados, proveedores y otros grupos vinculados a la salud financiera.
En la crisis financiera de 2008, se culpó parcialmente al short selling agresivo de acciones financieras por agravar el descenso, lo que llevó a prohibiciones temporales en sectores concretos en muchos países, mostrando la preocupación por los riesgos sistémicos.
Los defensores sostienen que el short selling mejora la transparencia y la eficiencia del mercado. Los vendedores en corto suelen detectar empresas sobrevaloradas o fraudulentas, aportando control adicional. Casos históricos de vendedores en corto que destapan fraudes contables demuestran este beneficio.
Los reguladores globales buscan el equilibrio con reglas específicas. La uptick rule restringe el short selling en caídas bruscas para evitar espirales bajistas. La obligación de divulgar grandes posiciones cortas aumenta la transparencia. En EE. UU., la Regulation SHO de la SEC establece normas para ventas en corto, exige localizar las acciones antes de vender y previene el naked shorting, protegiendo la integridad del mercado y permitiendo el uso legítimo de la estrategia.
El short selling es una estrategia financiera avanzada y ampliamente utilizada que permite a los traders beneficiarse de las caídas de precios. Tanto para especulación como para cobertura, el short selling es esencial en los mercados financieros y cripto, aportando flexibilidad para operar en diferentes escenarios.
Ofrece ventajas relevantes—ganancias en bajadas, protección de cartera, mejora de eficiencia y liquidez—pero requiere comprender bien los riesgos asociados. Pérdidas ilimitadas, riesgo de short squeeze y "short destroyed", costes de transacción y préstamo y complejidad regulatoria hacen del short selling una práctica que exige conocimiento técnico, gestión disciplinada del riesgo y suficiente capital.
Quien valore operar en corto debe entender bien su funcionamiento, el concepto de "short destroyed" y cómo evitarlo, cumplir los requisitos de margen, usar órdenes stop-loss para limitar pérdidas y estar preparado para la volatilidad de la estrategia. Con formación, preparación y gestión adecuada del riesgo, el short selling puede ser una herramienta útil para traders e inversores expertos, si se emplea con prudencia y responsabilidad.
"Short destroyed" es la liquidación forzosa de posiciones cortas cuando el precio sube bruscamente y los vendedores sufren pérdidas importantes que les obligan a cerrar sus posiciones.
El "short destroyed" sucede cuando los precios suben rápidamente, obligando a liquidar posiciones cortas. Las causas principales son movimientos inesperados de precio, falta de liquidez y alto apalancamiento entre los operadores.
"Short destroyed" es la liquidación forzosa de una posición corta por insuficiencia de apalancamiento. Otras pérdidas provienen de fluctuaciones normales de mercado. "Short destroyed" es un riesgo específico del short selling apalancado; las pérdidas normales resultan de movimientos adversos de precio.
El principal riesgo es la pérdida ilimitada si el precio sube. Para evitar un "short destroyed", conviene emplear órdenes stop-loss, operar con posiciones pequeñas y controlar el margen disponible de forma continua.
Los traders pueden establecer órdenes stop-loss para limitar pérdidas, dimensionar las posiciones, diversificar carteras y vigilar niveles críticos de soporte para evitar un "short destroyed".











