El entorno regulatorio financiero de Estados Unidos está experimentando cambios sutiles. La Reserva Federal anunció recientemente el fin de la implementación del "nuevo programa de supervisión de actividades" de encriptación que había estado en vigor durante casi dos años, incorporando las operaciones bancarias relacionadas con encriptación en el marco de regulación habitual. Esta decisión marca un giro significativo en la política de regulación de encriptación, reflejando una nueva evaluación de la madurez del mercado por parte de los reguladores.
En 2023, la crisis bancaria en Estados Unidos provocó una estricta regulación de la encriptación. Instituciones financieras profundamente involucradas en el negocio de la encriptación, como Silicon Valley Bank y Silvergate Bank, colapsaron sucesivamente, lo que llevó a la Reserva Federal a tomar medidas de emergencia y aplicar una regulación especial sobre el negocio de encriptación de los bancos. Esta política exige que los bancos obtengan una aprobación regulatoria adicional antes de llevar a cabo negocios relacionados con la encriptación, lo que equivale a poner un "candado de seguridad" en este nuevo campo.
Sin embargo, después de un periodo de observación de dos años, la actitud de los reguladores ha cambiado significativamente. La Reserva Federal en su último anuncio declaró que han "profundizado su comprensión sobre los riesgos relevantes y las prácticas de gestión bancaria". Esta frase sugiere que los reguladores creen que la industria bancaria ha establecido mecanismos de gestión de riesgos más maduros para enfrentar los desafíos del encriptación.
Con la eliminación del régimen de aprobación especial, los bancos ahora solo necesitan seguir los procedimientos regulatorios habituales para llevar a cabo encriptación, lo que es similar al proceso de solicitud de otros servicios financieros tradicionales. Este cambio no significa un relajamiento de la regulación, sino una optimización y ajuste de los métodos de supervisión.
Este ajuste de política refleja la búsqueda de un nuevo equilibrio por parte de los reguladores entre fomentar la encriptación financiera y mantener la estabilidad financiera. Allana el camino para una mayor integración de las encriptaciones en el ámbito financiero convencional, al mismo tiempo que plantea mayores exigencias de autogestión para la banca.
A medida que la encriptación de criptomonedas se adentra gradualmente en el "examen regular" de la regulación financiera, es posible que veamos a más instituciones financieras tradicionales participando activamente en este campo, impulsando la innovación en la integración de la tecnología encriptada con los servicios financieros tradicionales. Sin embargo, esto también significa que la industria encriptada enfrentará requisitos de cumplimiento más estrictos y estándares operativos más altos.
En el futuro, encontrar un equilibrio adecuado entre fomentar la innovación y controlar los riesgos se convertirá en un tema importante que enfrentarán conjuntamente los reguladores y los participantes del mercado. Este cambio de política podría convertirse en un hito importante en la historia del desarrollo de la encriptación, marcando el hecho de que este nuevo campo financiero está avanzando gradualmente hacia la madurez y la regulación.
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El entorno regulatorio financiero de Estados Unidos está experimentando cambios sutiles. La Reserva Federal anunció recientemente el fin de la implementación del "nuevo programa de supervisión de actividades" de encriptación que había estado en vigor durante casi dos años, incorporando las operaciones bancarias relacionadas con encriptación en el marco de regulación habitual. Esta decisión marca un giro significativo en la política de regulación de encriptación, reflejando una nueva evaluación de la madurez del mercado por parte de los reguladores.
En 2023, la crisis bancaria en Estados Unidos provocó una estricta regulación de la encriptación. Instituciones financieras profundamente involucradas en el negocio de la encriptación, como Silicon Valley Bank y Silvergate Bank, colapsaron sucesivamente, lo que llevó a la Reserva Federal a tomar medidas de emergencia y aplicar una regulación especial sobre el negocio de encriptación de los bancos. Esta política exige que los bancos obtengan una aprobación regulatoria adicional antes de llevar a cabo negocios relacionados con la encriptación, lo que equivale a poner un "candado de seguridad" en este nuevo campo.
Sin embargo, después de un periodo de observación de dos años, la actitud de los reguladores ha cambiado significativamente. La Reserva Federal en su último anuncio declaró que han "profundizado su comprensión sobre los riesgos relevantes y las prácticas de gestión bancaria". Esta frase sugiere que los reguladores creen que la industria bancaria ha establecido mecanismos de gestión de riesgos más maduros para enfrentar los desafíos del encriptación.
Con la eliminación del régimen de aprobación especial, los bancos ahora solo necesitan seguir los procedimientos regulatorios habituales para llevar a cabo encriptación, lo que es similar al proceso de solicitud de otros servicios financieros tradicionales. Este cambio no significa un relajamiento de la regulación, sino una optimización y ajuste de los métodos de supervisión.
Este ajuste de política refleja la búsqueda de un nuevo equilibrio por parte de los reguladores entre fomentar la encriptación financiera y mantener la estabilidad financiera. Allana el camino para una mayor integración de las encriptaciones en el ámbito financiero convencional, al mismo tiempo que plantea mayores exigencias de autogestión para la banca.
A medida que la encriptación de criptomonedas se adentra gradualmente en el "examen regular" de la regulación financiera, es posible que veamos a más instituciones financieras tradicionales participando activamente en este campo, impulsando la innovación en la integración de la tecnología encriptada con los servicios financieros tradicionales. Sin embargo, esto también significa que la industria encriptada enfrentará requisitos de cumplimiento más estrictos y estándares operativos más altos.
En el futuro, encontrar un equilibrio adecuado entre fomentar la innovación y controlar los riesgos se convertirá en un tema importante que enfrentarán conjuntamente los reguladores y los participantes del mercado. Este cambio de política podría convertirse en un hito importante en la historia del desarrollo de la encriptación, marcando el hecho de que este nuevo campo financiero está avanzando gradualmente hacia la madurez y la regulación.