El gobierno de Estados Unidos se enfrenta a una posible crisis de cierre gubernamental a partir del 1 de octubre, raíz de la cual radica en la incapacidad de ambos partidos del Congreso para llegar a un acuerdo sobre los fondos adicionales del proyecto de presupuesto del nuevo año fiscal. El foco de la controversia se centra principalmente en los recortes a Medicaid, con ambas partes manteniendo sus posiciones, sin llegar a un acuerdo.
Un memorando interno publicado por la Casa Blanca el 25 de septiembre ha generado aún más sorpresa entre el público. El memorando exige que todas las agencias federales inicien de inmediato un plan de "reducción de personal" en caso de un cierre del gobierno. El vicepresidente Pence ha declarado públicamente que "el gobierno podría cerrar", y Trump también ha advertido sobre la posibilidad de "despidos permanentes".
La principal razón de esta situación se remonta al presupuesto del nuevo año fiscal aprobado en julio de este año. Este presupuesto incluye recortes a Medicaid, lo que ha provocado una fuerte oposición por parte de los demócratas. Los demócratas creen que estos recortes dañarán a millones de personas que dependen de las subvenciones de la Ley de Cuidado Asequible. Por lo tanto, exigen que se refuercen Medicaid en la próxima ronda de proyectos de ley de gastos a corto plazo y que se extiendan las subvenciones para evitar un aumento drástico en las primas en enero del próximo año.
El Partido Demócrata también ha presentado una serie de demandas, que incluyen la revocación de los recortes relacionados en la ley de reforma fiscal de Trump, la modificación de los requisitos de elegibilidad laboral y el método de cálculo de la tasa de subsidios federales, así como la restauración de la financiación de la investigación médica. Estas demandas están destinadas a evitar que la Casa Blanca reduzca los fondos a través de medios administrativos. Sin embargo, Trump y los republicanos se mantienen firmes en la propuesta original y se niegan a ceder, lo que se ha convertido en el problema central del enfrentamiento entre ambas partes.
Con el aumento de la controversia, la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca ordenó el 1 de agosto a todas las agencias federales que presentaran planes de contingencia para un posible cierre del gobierno. Esta serie de acontecimientos ha incrementado la posibilidad de un cierre del gobierno y ha suscitado preocupaciones públicas sobre la posible interrupción de las operaciones gubernamentales y los servicios públicos.
El cierre del gobierno tendrá un amplio impacto en la economía y la vida de los estadounidenses, incluyendo la suspensión de ciertos servicios gubernamentales, empleados federales trabajando sin salario o siendo forzados a tomar vacaciones, entre otros. La dirección de esta crisis presupuestaria no solo afecta el rumbo de la política interna de Estados Unidos, sino que también impactará en la estructura económica global, y todos están observando de cerca el desarrollo de la situación.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El gobierno de Estados Unidos se enfrenta a una posible crisis de cierre gubernamental a partir del 1 de octubre, raíz de la cual radica en la incapacidad de ambos partidos del Congreso para llegar a un acuerdo sobre los fondos adicionales del proyecto de presupuesto del nuevo año fiscal. El foco de la controversia se centra principalmente en los recortes a Medicaid, con ambas partes manteniendo sus posiciones, sin llegar a un acuerdo.
Un memorando interno publicado por la Casa Blanca el 25 de septiembre ha generado aún más sorpresa entre el público. El memorando exige que todas las agencias federales inicien de inmediato un plan de "reducción de personal" en caso de un cierre del gobierno. El vicepresidente Pence ha declarado públicamente que "el gobierno podría cerrar", y Trump también ha advertido sobre la posibilidad de "despidos permanentes".
La principal razón de esta situación se remonta al presupuesto del nuevo año fiscal aprobado en julio de este año. Este presupuesto incluye recortes a Medicaid, lo que ha provocado una fuerte oposición por parte de los demócratas. Los demócratas creen que estos recortes dañarán a millones de personas que dependen de las subvenciones de la Ley de Cuidado Asequible. Por lo tanto, exigen que se refuercen Medicaid en la próxima ronda de proyectos de ley de gastos a corto plazo y que se extiendan las subvenciones para evitar un aumento drástico en las primas en enero del próximo año.
El Partido Demócrata también ha presentado una serie de demandas, que incluyen la revocación de los recortes relacionados en la ley de reforma fiscal de Trump, la modificación de los requisitos de elegibilidad laboral y el método de cálculo de la tasa de subsidios federales, así como la restauración de la financiación de la investigación médica. Estas demandas están destinadas a evitar que la Casa Blanca reduzca los fondos a través de medios administrativos. Sin embargo, Trump y los republicanos se mantienen firmes en la propuesta original y se niegan a ceder, lo que se ha convertido en el problema central del enfrentamiento entre ambas partes.
Con el aumento de la controversia, la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca ordenó el 1 de agosto a todas las agencias federales que presentaran planes de contingencia para un posible cierre del gobierno. Esta serie de acontecimientos ha incrementado la posibilidad de un cierre del gobierno y ha suscitado preocupaciones públicas sobre la posible interrupción de las operaciones gubernamentales y los servicios públicos.
El cierre del gobierno tendrá un amplio impacto en la economía y la vida de los estadounidenses, incluyendo la suspensión de ciertos servicios gubernamentales, empleados federales trabajando sin salario o siendo forzados a tomar vacaciones, entre otros. La dirección de esta crisis presupuestaria no solo afecta el rumbo de la política interna de Estados Unidos, sino que también impactará en la estructura económica global, y todos están observando de cerca el desarrollo de la situación.