Cuando estaba en la escuela, el cuaderno que no me atreví a usar en la secundaria, ahora que lo encuentro, no tiene ninguna utilidad. Así se puede entender que derrochar y valorar son en realidad la misma cosa. El verdadero aprecio tal vez no sea venerar, sino permitir que las cosas hermosas participen en el flujo de nuestra vida. Las flores que están listas para ser cortadas deben ser cortadas; no esperes a que no haya flores para cortar las ramas. A veces, el apego también es una forma de desperdicio.
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Cuando estaba en la escuela, el cuaderno que no me atreví a usar en la secundaria, ahora que lo encuentro, no tiene ninguna utilidad. Así se puede entender que derrochar y valorar son en realidad la misma cosa. El verdadero aprecio tal vez no sea venerar, sino permitir que las cosas hermosas participen en el flujo de nuestra vida. Las flores que están listas para ser cortadas deben ser cortadas; no esperes a que no haya flores para cortar las ramas. A veces, el apego también es una forma de desperdicio.