En el mundo del trading, hay innumerables personas que han entrado al mercado con la creencia de que solo con suficiente esfuerzo, suficiente “agudeza”, podrán ganar dinero. Pero luego, después de unos meses, cuando la curva de ganancias se convierte en una herida en el corazón, se dan cuenta de que el mercado no es una máquina de sacar dinero, sino un lugar que pone a prueba la psicología humana hasta el límite.
Muchos comerciantes han experimentado esa sensación de confusión: abren una orden y son “pinchados por la mecha”, cortan pérdidas y el precio vuelve a revertirse. Comienzan a sospechar que hay “alguien” que los está vigilando y tratando de burlarse de ellos. Pero la verdad es que, con volúmenes de negociación de miles de millones cada día, a nadie le importa tu pequeña posición. No es una conspiración, sino una “ilusión de la víctima” — un estado común cuando el ego choca con la realidad del mercado.
La esperanza siempre está presente, pero solo para aquellos que se atreven a enfrentarse a dos cosas básicas:
Primero, hay que aceptar que se puede perder todo en cualquier momento. Graba en tu mente el nivel máximo de pérdida como parte del juego, no como algo inesperado.
El lunes, debes aprender a esperar que las tendencias lleguen de manera natural. Cortar pérdidas debe convertirse en un reflejo automático, suave como la respiración. La mayor parte del tiempo restante, lee libros, haz ejercicio, pasa tiempo con la familia — solo asegúrate de no tocar la aplicación de trading.
Escuchar parece sencillo, pero el 90% de las personas no puede superar la primera barrera, porque siempre quieren “recuperar lo perdido”. En la segunda barrera, incluso un pequeño movimiento les hace “picarse las manos” y querer entrar en una operación. El mercado siempre tiene sus reglas: la tendencia solo se revela realmente después de tres caídas, como aprender a nadar: al principio, cada ola nos asusta, pero cuando sabemos nadar, entendemos que el lago no es tan profundo como pensábamos.
Lo más difícil en el trading no es leer gráficos o predecir tendencias, sino superar a uno mismo. Cuando se puede enfrentar el miedo a la pérdida, aceptar los errores y aprender a ser paciente, ese es el momento en que una persona realmente comienza su auténtico viaje de trading.
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El 90% de los traders no fracasan por ser malos, sino porque no logran superar a sí mismos.
En el mundo del trading, hay innumerables personas que han entrado al mercado con la creencia de que solo con suficiente esfuerzo, suficiente “agudeza”, podrán ganar dinero. Pero luego, después de unos meses, cuando la curva de ganancias se convierte en una herida en el corazón, se dan cuenta de que el mercado no es una máquina de sacar dinero, sino un lugar que pone a prueba la psicología humana hasta el límite. Muchos comerciantes han experimentado esa sensación de confusión: abren una orden y son “pinchados por la mecha”, cortan pérdidas y el precio vuelve a revertirse. Comienzan a sospechar que hay “alguien” que los está vigilando y tratando de burlarse de ellos. Pero la verdad es que, con volúmenes de negociación de miles de millones cada día, a nadie le importa tu pequeña posición. No es una conspiración, sino una “ilusión de la víctima” — un estado común cuando el ego choca con la realidad del mercado. La esperanza siempre está presente, pero solo para aquellos que se atreven a enfrentarse a dos cosas básicas: Primero, hay que aceptar que se puede perder todo en cualquier momento. Graba en tu mente el nivel máximo de pérdida como parte del juego, no como algo inesperado. El lunes, debes aprender a esperar que las tendencias lleguen de manera natural. Cortar pérdidas debe convertirse en un reflejo automático, suave como la respiración. La mayor parte del tiempo restante, lee libros, haz ejercicio, pasa tiempo con la familia — solo asegúrate de no tocar la aplicación de trading. Escuchar parece sencillo, pero el 90% de las personas no puede superar la primera barrera, porque siempre quieren “recuperar lo perdido”. En la segunda barrera, incluso un pequeño movimiento les hace “picarse las manos” y querer entrar en una operación. El mercado siempre tiene sus reglas: la tendencia solo se revela realmente después de tres caídas, como aprender a nadar: al principio, cada ola nos asusta, pero cuando sabemos nadar, entendemos que el lago no es tan profundo como pensábamos. Lo más difícil en el trading no es leer gráficos o predecir tendencias, sino superar a uno mismo. Cuando se puede enfrentar el miedo a la pérdida, aceptar los errores y aprender a ser paciente, ese es el momento en que una persona realmente comienza su auténtico viaje de trading.