¿Realmente qué busca una persona en la vida? Las respuestas de diferentes personas son completamente distintas. Según las respuestas convencionales, dirían que buscan dinero, poder o felicidad y alegría. Esas son las tres respuestas comunes.

Pero, en mi experiencia con la naturaleza humana, creo que la mayoría de las personas persiguen dos cosas: la primera es buscar depender de otros, y la segunda es querer obtener algo sin esfuerzo. Esa es la respuesta que he llegado a mí mismo.

En el mundo de las criptomonedas, también he sentido profundamente la naturaleza humana. He visto a muchas personas repugnantes. Cosas repugnantes. En este mundo de las criptomonedas no hay gratitud, ni bondad. Tampoco hay personas que realmente deseen que tengas éxito o que quieran que estés bien. No hay bendiciones. Todo lo que veo en este mundo está lleno de maldad. La maldad en las acciones humanas, en los pequeños detalles, en el mercado.

En el mundo de las criptomonedas, lo que mejor se me da es jugar con pequeñas monedas, con niveles bajos, porque en esas monedas pequeñas se refleja más la maldad humana y es más fácil entender las intenciones de los demás. Cuando empecé en este mundo, principalmente usaba esas estrategias para ampliar mi capital. Pero cuando el capital crece cada vez más, mis ventajas se van perdiendo, y después de un tiempo, no gano dinero. Aunque tampoco he sufrido grandes pérdidas, quizás porque siempre he jugado en niveles pequeños.

Ahora, jugar con altcoins solo es una especie de entretenimiento. La cantidad de dinero en esas monedas no tiene mucho sentido, ya sea para ganar o perder. Para hacerlo más emocionante, solo queda enfrentarse a los principales. En realidad, al final solo busco desafiar a alguien, jugar con un inversor grande. La ruta de las altcoins no es sostenible a largo plazo. Eso está destinado.

Pero no tengo otras habilidades, así que me siento más perdido. Siento que la vida no tiene sentido. Todo parece sin significado. Gano algo de dinero en papel, pero no hay nada que realmente quiera cambiar. Ya no tengo ganas ni motivación.

Y ahora, mi salud está mucho peor que hace uno o dos años. Ya no puedo seguir jugando en el mercado de criptomonedas, para ser honesto.