La última subasta de bonos del Tesoro a 3 años acaba de concluir con una demanda sorprendentemente robusta. Los postores estaban dispuestos a aceptar rendimientos por debajo de la tasa emitida, creando la mayor "brecha" de "stop-through" que hemos visto desde principios de febrero.

¿Qué significa esto? Cuando la demanda en la subasta es tan fuerte, las ofertas ganadoras llegan a rendimientos más bajos de lo que sugería el comercio previo a la subasta. Es una señal clara de que el dinero institucional tiene hambre de duración en este momento, incluso a estos niveles de rendimiento.

Este tipo de pujas agresivas típicamente refleja preocupaciones de fuga hacia la calidad o posicionamiento anticipado ante movimientos de tasas esperados. La magnitud del stop-through de hoy sugiere que los distribuidores y los postores directos no estaban bromeando—querían asignación y estaban dispuestos a pagar por ello.

Para aquellos que rastrean los flujos entre los mercados financieros tradicionales y los activos digitales, dinámicas de subastas del tesoro como esta a menudo preceden cambios en el apetito por el riesgo que eventualmente se propagan a través de los mercados de criptomonedas.