Primero, elevar a alguien a la condición de dios, alabándolo en todos los sentidos; Segundo, derribar a ese dios, pisoteándolo en todos los aspectos. Xiaomi surgió por Lei Jun, pero también cayó en una crisis en cadena debido a una fuerte vinculación, y recientemente incluso en el país se ha comenzado a difundir un ataque masivo acusando de "traspasar 5 mil millones de dólares al extranjero".
Una vez elevado a un altar divino, es fácil caer en la perdición total. En medio de las miradas de los espectadores, ningún empresario es un buen hombre.
Al final, los que salen heridos son siempre esos tontos que aplauden.
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Las dos cosas que más gustan a los chinos:
Primero, elevar a alguien a la condición de dios, alabándolo en todos los sentidos;
Segundo, derribar a ese dios, pisoteándolo en todos los aspectos.
Xiaomi surgió por Lei Jun, pero también cayó en una crisis en cadena debido a una fuerte vinculación, y recientemente incluso en el país se ha comenzado a difundir un ataque masivo acusando de "traspasar 5 mil millones de dólares al extranjero".
Una vez elevado a un altar divino, es fácil caer en la perdición total. En medio de las miradas de los espectadores, ningún empresario es un buen hombre.
Al final, los que salen heridos son siempre esos tontos que aplauden.