Los viejos problemas de Ethereum todos los conocen: caro, lento y con experiencia fragmentada. En los últimos dos años han surgido muchas soluciones Layer 2, diciendo que pueden solucionar estos problemas. Pero dos cadenas recientes han generado una reacción química diferente: Linea y AbstractChain.

Primero, hablemos de Linea, una red zkEVM de capa dos creada por los veteranos de ConsenSys, que se centra en la "auténtica herencia". Pruebas de conocimiento cero + cifrado de base, suena impresionante, y en realidad es muy efectivo: cuando DeFi explotó el año pasado, transferir en la red principal costaba casi cien dólares, mientras que en Linea solo unos pocos centavos. La tecnología es una parte, pero lo clave es que MetaMask soporta directamente esta capa, haciendo la transferencia entre cadenas y cuentas tan suave como si fuera una sola.

Luego, está AbstractChain, obra de Igloo, la compañía detrás de Pudgy Penguins, con un enfoque completamente diferente. No hablan mucho de parámetros técnicos, sino que van directo a los escenarios de consumo: hacer que las personas comunes usen criptomonedas tan naturalmente como usan Alipay. Últimamente, estas dos cadenas interactúan frecuentemente a través de puentes cross-chain: una se encarga del cálculo eficiente en la capa base, y la otra se enfoca en aplicaciones para usuarios finales, formando una división de trabajo bastante coordinada.

Desde que la red principal de Linea se lanzó en 2023, lo más destacado es que ha llevado la compatibilidad con Ethereum al extremo. La migración de desarrolladores a proyectos casi sin costo, y las tarifas de transacción se han reducido a una fracción de las de la red principal. La reputación de ConsenSys no es en vano; toda esa infraestructura y recursos ecológicos detrás han permitido que Linea esté en una posición de partida que muchas nuevas cadenas no alcanzan.