El 13 de noviembre de 2025, se implementó oficialmente el decreto de ajuste arancelario firmado por Trump. El café, el té, las frutas tropicales, la carne de res y algunos fertilizantes fueron excluidos de la lista de "aranceles recíprocos", y se inició simultáneamente el procedimiento de reembolso de aranceles correspondiente. Esto se considera como una ruptura de la política arancelaria de Estados Unidos que había estado obstinándose desde febrero de este año, ya que resuelve el conflicto de oferta y demanda nacional y abre una puerta para la recuperación del comercio de productos agrícolas entre China y Estados Unidos.

¿Por qué un cambio repentino? En pocas palabras, es que el país no puede soportarlo más, y ha habido avances en las negociaciones. El problema de la agricultura en Estados Unidos es muy evidente: se cultivan muchas más maíz y soja, que ocupan más del sesenta por ciento de la tierra, pero no se cultivan suficientes verduras y frutas, lo que obliga a importar en grandes cantidades. Los aranceles recíprocos anteriores hicieron que los precios en el país se dispararan: en septiembre, el aumento del precio del café ocupó el primer lugar en el IPC, y la presión inflacionaria es enorme. Por otro lado, la soja, que es un producto estrella de Estados Unidos, no puede venderse debido a las barreras arancelarias; en los primeros ocho meses de 2025, las exportaciones a China fueron de solo 5.93 millones de toneladas, menos de una cuarta parte de las del mismo periodo en 2024.

También hay movimientos en las negociaciones internacionales. Desde mayo de este año, los equipos de comercio y economía de China y Estados Unidos han tenido 5 rondas de conversaciones, logrando algunos consensos en la expansión del comercio de productos agrícolas. China ya ha restablecido la calificación de importación de soja para 3 empresas estadounidenses, mientras que en Estados Unidos