He estado luchando en el mundo de la encriptación durante seis años.

En este camino, he visto demasiadas altibajos. La locura del mercado alcista, la desesperación del mercado bajista, el mito de hacerse rico rápidamente, la lección de caer a cero.

Pero al mirar atrás, lo que realmente me ha hecho quedarme no es la fantasía de hacerse rico de la noche a la mañana, sino las cosas que este sector me ha enseñado.

El mercado me enseña a tener respeto, las pérdidas me enseñan a ser prudente, los mayores me enseñan a pensar. Los proyectos que alguna vez me dejaron sin nada, las trampas en las que caí, los juicios erróneos que hice, ahora que lo pienso, son nutrientes para el crecimiento.

Así que nunca considero a nadie como un enemigo. ¿Los equipos de proyectos que han cosechado mis inversiones? Me enseñaron a hacer la debida diligencia. ¿Las personas que se rieron de mí? Me hicieron más consciente.

En este mercado cruel y fascinante, cada persona es mi maestro.

Gracias por la encriptación, gracias por estos seis años.