¿La lucha global contra las emisiones de metano? Está tropezando tan mal como la batalla contra el dióxido de carbono, según funcionarios de la ONU que se pronunciaron esta semana. El metano—ese gas de efecto invernadero furtivo y ultra potente—sigue siendo en gran medida incontrolado a pesar de su gran impacto en el calentamiento. La lucha refleja el lento progreso en el CO2, que ha dominado las negociaciones climáticas durante décadas. Pero aquí está el giro: los funcionarios están señalando un optimismo cauteloso para el próximo medio decenio. Si ese optimismo se traduce en acciones reales o solo en más palabrería burocrática sigue siendo la pregunta de un billón de dólares. El reloj está corriendo y la corta vida atmosférica del metano significa que movimientos rápidos podrían realmente producir resultados visibles—si alguien está dispuesto a hacerlos.