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Los informes del tercer trimestre de las acciones estadounidenses acaban de ser revelados, y se está produciendo una rara "gran divergencia en Wall Street".

Las 11 instituciones financieras más influyentes del mundo han tomado caminos diametralmente opuestos en la asignación de tecnología y activos criptográficos: algunos siguen apostando por Nvidia, mientras que otros se retiran por completo; algunos apuestan por el ETF de Bitcoin, mientras que otros se retiran directamente de todo el sector tecnológico estadounidense.

JPMorgan continúa firme en su apuesta por la tecnología. En este trimestre ha elevado su participación en Nvidia como la principal inversión, y al mismo tiempo ha aumentado su posición en Apple, Google y acciones de AI de alto crecimiento. También se mantiene activo en criptomonedas: posee 5.28 millones de acciones de IBIT, valoradas en aproximadamente 340 millones de dólares, y ha asignado múltiples opciones de compra y venta para cubrir la volatilidad.

Por el contrario, está el fondo Bridgewater. Dalio no solo redujo drásticamente su posición en Nvidia (reducción del 62%), sino que también disminuyó su inversión en acciones de tecnología sobrevaloradas como Amazon, Google y Meta. Bridgewater ha movido más fondos hacia el ETF del S&P 500 (SPY, IVV), mostrando una típica postura defensiva.

Las acciones del fondo soberano de Arabia Saudita son más extremas: liquidó directamente 51 acciones de empresas estadounidenses, incluidas Nvidia, Apple, Google y Microsoft, reduciendo su cartera a solo seis empresas, con una rápida contracción en su aversión al riesgo.

Berkshire continúa reduciendo su participación en Apple, pero al mismo tiempo, de manera inusual, ha comenzado a invertir en Google, añadiendo aproximadamente 4.3 mil millones de dólares, lo que muestra su reevaluación del valor a largo plazo de la IA y los negocios en la nube. Instituciones de gestión de activos como Invesco y Wells Fargo, al igual que JPMorgan, continúan apostando por las "siete grandes tecnológicas", aumentando en diferentes grados sus participaciones en Nvidia, Apple, Broadcom y Google.

En cuanto a los activos criptográficos, las instituciones en general mantienen una actitud de "participar pero con moderación". Wells Fargo ha incrementado su participación en IBIT a más de 520 millones de dólares; ARK ha aumentado su inversión en varias acciones relacionadas con criptomonedas y ETF relacionados con BTC en el tercer trimestre; Invesco y Citigroup también están diversificando sus inversiones en productos como IBIT, FBTC, GBTC, entre otros. Sin embargo, en términos de escala, los activos criptográficos aún representan solo una pequeña parte de la cartera institucional, siendo más bien una asignación exploratoria como una nueva clase de activos.

Lo que representa mejor el punto de inflexión emocional son las extremas operaciones del fondo de Peter Thiel. Este trimestre no solo liquidó su posición en Nvidia, sino que también redujo su cartera a solo tres acciones: Tesla, Microsoft y Apple.

Al mismo tiempo, la masiva retirada del fondo soberano de Arabia Saudita refuerza una señal: bajo la combinación de valoraciones elevadas, desaceleración económica e incertidumbre, parte del capital a largo plazo elige reducir activamente el riesgo.

Estas 11 instituciones mostraron un raro patrón de divergencia en el tercer trimestre: los alcistas siguen apostando firmemente por la tecnología, los bajistas han comenzado a liquidar posiciones defensivas, y los fondos de arbitraje están reforzando una actitud cautelosa a través de coberturas con opciones.

En la actualidad, cuando BTC está altamente vinculado a la tecnología, esta divergencia no solo determinará el próximo paso de las acciones en EE. UU., sino que también afectará profundamente el ritmo de liquidez del mercado de criptomonedas en los próximos meses.