El problema: En Harvard, Yale, Duke—la consultoría, las finanzas y la tecnología dominan las trayectorias profesionales. El 63% de los graduados se canalizan hacia este “Triángulo de las Bermudas del Talento”. Pero los mercados de lujo/moda/belleza se han triplicado desde 2019. Sephora es ahora el segundo motor de ingresos de LVMH (después de Louis Vuitton). ¿Dónde está la infraestructura universitaria para igualar esto?
La brecha: ¿La mayoría de las universidades de la Ivy League? Sin una especialización dedicada, sin mentoría ejecutiva, sin una vía real para los estudiantes ambiciosos con interés en la moda. Es un punto ciego estructural.
La solución (que realmente funciona): Dos estudiantes de Duke—Sophia Yassinger y Nina Venter—se cansaron de esperar. Fundaron la Duke Business of Retail Society en 2023 con una tesis: tratar la moda/el lujo como negocios serios de alto crecimiento y conectar a los estudiantes con ejecutivos reales.
Los resultados (tras 2 años):
Llevaron a ejecutivos de Chanel, Dior y Moda Operandi al campus
Más de 1.000 estudiantes implicados
Más de 100.000 $ en becas y acuerdos con marcas
Marcas como Uber, Poppi y Supergoop literalmente pidiendo co-crear campañas y realizar estudios sobre la Generación Z
Cenas privadas de networking, prácticas reales de verano, colocaciones tras la graduación
Por qué importa: No son industrias frívolas. Son sectores multimillonarios que buscan talento orientado a los datos, con conocimientos financieros y de cadena de suministro. Las universidades que ignoran esto están literalmente dejando a los estudiantes ambiciosos entre la pasión y la viabilidad profesional.
El verdadero logro: Cambio cultural. Cuando las universidades celebran estas industrias al mismo nivel que la consultoría, liberan talento que de otro modo se habría ido a otro sector. O peor: nunca habría optimizado su potencial.
Resumiendo: Dos estudiantes demostraron que las universidades no tienen que elegir entre prestigio y creatividad. Solo necesitan construir la infraestructura. ¿Están los demás centros atentos?
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Por qué las universidades de élite están perdiendo la oportunidad de captar talento en el sector del lujo y la moda
El problema: En Harvard, Yale, Duke—la consultoría, las finanzas y la tecnología dominan las trayectorias profesionales. El 63% de los graduados se canalizan hacia este “Triángulo de las Bermudas del Talento”. Pero los mercados de lujo/moda/belleza se han triplicado desde 2019. Sephora es ahora el segundo motor de ingresos de LVMH (después de Louis Vuitton). ¿Dónde está la infraestructura universitaria para igualar esto?
La brecha: ¿La mayoría de las universidades de la Ivy League? Sin una especialización dedicada, sin mentoría ejecutiva, sin una vía real para los estudiantes ambiciosos con interés en la moda. Es un punto ciego estructural.
La solución (que realmente funciona): Dos estudiantes de Duke—Sophia Yassinger y Nina Venter—se cansaron de esperar. Fundaron la Duke Business of Retail Society en 2023 con una tesis: tratar la moda/el lujo como negocios serios de alto crecimiento y conectar a los estudiantes con ejecutivos reales.
Los resultados (tras 2 años):
Por qué importa: No son industrias frívolas. Son sectores multimillonarios que buscan talento orientado a los datos, con conocimientos financieros y de cadena de suministro. Las universidades que ignoran esto están literalmente dejando a los estudiantes ambiciosos entre la pasión y la viabilidad profesional.
El verdadero logro: Cambio cultural. Cuando las universidades celebran estas industrias al mismo nivel que la consultoría, liberan talento que de otro modo se habría ido a otro sector. O peor: nunca habría optimizado su potencial.
Resumiendo: Dos estudiantes demostraron que las universidades no tienen que elegir entre prestigio y creatividad. Solo necesitan construir la infraestructura. ¿Están los demás centros atentos?