Kevin O'Leary lanzó recientemente una reflexión interesante: no se está creyendo todo el pánico de "la IA viene a por tu trabajo" que se está extendiendo por las salas de juntas.

¿Su punto de vista? La inteligencia artificial no es una especie de parca corporativa. Es más bien un superpoder esperando a ser aprovechado por quienes realmente dirigen el cotarro: los CEOs, los fundadores, los constructores.

En una conversación reciente, O'Leary expuso su visión con bastante claridad. Ve la IA como un multiplicador de capacidades enorme. No reemplazando a los que toman decisiones, sino amplificando lo que estos pueden lograr. Piénsalo: líderes que ya saben identificar oportunidades, formar equipos y ejecutar estrategias podrían operar de repente a una escala 10 veces mayor.

¿Qué significa eso realmente? Análisis más rápido de tendencias de mercado. Planificación estratégica más afinada. Mejor asignación de recursos. Cosas que antes requerían departamentos enteros podrían pasar por flujos de trabajo asistidos por IA, liberando a los emprendedores para que se centren en los grandes movimientos que realmente importan.

Básicamente, el tipo está diciendo: deja de preocuparte por los robots robando despachos de dirección y empieza a pensar en cómo esta tecnología puede ampliar tu alcance e impacto. Para los líderes empresariales dispuestos a adaptarse, la IA podría ser la herramienta definitiva de apalancamiento, convirtiendo buenas ideas en realidades ejecutadas a velocidades que no hemos visto antes.

Tanto si eres optimista como escéptico respecto a su optimismo, hay algo claro: los líderes que aprendan a trabajar CON esta tecnología y no contra ella probablemente tendrán una ventaja seria en lo que venga después.