Si consideramos que una tarjeta bancaria es el contenedor de la moneda fiduciaria, entonces una cartera cripto es el hogar de tus criptomonedas. Pero la diferencia es que tu cartera te da el control absoluto sobre tus activos.
Las carteras se dividen en dos grandes categorías:
“Cartera caliente” = Cartera de software conectada a Internet
Apps móviles, programas de ordenador y carteras de exchanges cuentan como tal
Ventajas: gratis y muy cómoda de usar
Desventajas: los hackers pueden atacar a través de la red, así que el riesgo es mayor
“Cartera fría” = Dispositivo hardware sin conexión
Es como un USB cifrado, completamente fuera de línea
Ventajas: altísima seguridad, los hackers no pueden acceder
Desventajas: tienes que gastar unos $100 en el dispositivo y, si lo pierdes, es un engorro (aunque se puede recuperar, es molesto)
Otro punto clave: ¿quién controla la clave privada?
Cartera no custodiada: la clave privada la tienes tú → más seguro pero tú eres responsable
Cartera custodiada: el exchange la guarda por ti → más cómodo pero tienes que confiar en un tercero
¿Cuál elegir?
Depende de tus necesidades. Si operas con frecuencia, elige una cartera caliente; para “holders”, se recomienda una cartera fría. Es un equilibrio entre coste y seguridad: no existe una solución perfecta, solo la que mejor se adapta a ti.
En resumen: los principiantes pueden empezar con una cartera caliente, y cuando tengas más activos, considera una cartera hardware.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Entender las carteras criptográficas, en realidad es así de sencillo
Si consideramos que una tarjeta bancaria es el contenedor de la moneda fiduciaria, entonces una cartera cripto es el hogar de tus criptomonedas. Pero la diferencia es que tu cartera te da el control absoluto sobre tus activos.
Las carteras se dividen en dos grandes categorías:
“Cartera caliente” = Cartera de software conectada a Internet
“Cartera fría” = Dispositivo hardware sin conexión
Otro punto clave: ¿quién controla la clave privada?
¿Cuál elegir?
Depende de tus necesidades. Si operas con frecuencia, elige una cartera caliente; para “holders”, se recomienda una cartera fría. Es un equilibrio entre coste y seguridad: no existe una solución perfecta, solo la que mejor se adapta a ti.
En resumen: los principiantes pueden empezar con una cartera caliente, y cuando tengas más activos, considera una cartera hardware.