En estos años, la dirección del rendimiento de la cadena ha sido muy consistente.

Mayor TPS, bloques más rápidos, menor latencia.
La capa de ejecución se está volviendo cada vez más fuerte, y los números también son cada vez más impresionantes.
Pero la cuestión es muy directa
Una cadena única puede ser rápida, pero si para la interoperabilidad entre cadenas todavía hay que esperar la firma del puente, pasar por la verificación y asumir el retraso y riesgos de seguridad, la mejora en el rendimiento tiene un valor limitado.

El cuello de botella no está en TPS, sino en la interoperabilidad entre cadenas.
Cada cadena tiene su propia lógica de confirmación, estructura de nodos y orden de ejecución, y las visiones del mundo no son compatibles. No puedes demostrar directamente lo que ha sucedido en otra cadena, por lo que las transacciones son rápidas, pero el cruce entre cadenas es lento; la escalabilidad entre cadenas y la fragmentación de la red.
Este es un obstáculo de nivel físico que la blockchain no ha podido superar en los últimos diez años.

Espresso elige entrar desde la capa de consenso, proporcionando una salida unificada y confiable para la cadena.

Una vez que la cadena confirme el estado de Espresso, otras cadenas pueden estar seguras de que dicho estado es real, sin necesidad de establecer confianza bilateral ni de realizar verificaciones repetidas. Esto equivale a transformar "comprensión mutua" en "comprensión compartida de Espresso".

El resultado es un cambio estructural
De múltiples autopistas corriendo por separado, se ha convertido en una red de carreteras de alta velocidad conectadas.
La competencia de rendimiento ya no se trata de "quién tiene mayor TPS", sino de "quién puede acceder más rápido a la red de verificación compartida".
La cadena que logre hacer esto primero tendrá la oportunidad de convertirse en la infraestructura de la próxima fase.
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