A las dos de la madrugada, mirando la app de cotizaciones, el móvil volvió a vibrar. Al abrirlo, vi que era un amigo que me sigue desde hace tiempo: “Hermano, de los cien mil de capital solo me quedan dos mil, ¿debería abrir un apalancamiento alto para intentar recuperarme de una vez?”
Sinceramente, recibir este tipo de mensajes duele más que ver cómo tu propia posición se reduce a la mitad. Este sector de las criptomonedas nunca ha sido un juego de suerte; los que realmente logran salir de pie no lo hacen por “apostarlo todo en una jugada”, sino por “aguantar una y otra vez”.
Llevo ocho años en este mundo y he visto demasiadas historias. Hay quienes pasan de conducir coches de lujo a apretarse en el metro, y otros que convierten cincuenta mil en doscientos mil. Los que sobreviven tanto al mercado alcista como al bajista suelen tener grabadas en la mente varias reglas de supervivencia.
**Primera regla: lo que ganes, consérvalo**
El año pasado conocí a un colega cuyo cripto subió un 12%. Todo emocionado me dijo que iba a aumentar la posición para seguir dándole. Le sugerí que retirase parte de las ganancias primero, pero no me hizo caso; decía: “No es fácil encontrar un buen mercado, hay que aprovechar la oportunidad”. ¿El resultado? A los tres días corrigió el mercado, no solo perdió las ganancias sino que quedó un 5% abajo. Ya era tarde para lamentarse.
El error más común de los principiantes es este: considerar el saldo en pantalla como si fuera dinero propio. Mi costumbre es: si el precio baja cerca del nivel de compra inicial, salgo sin pensarlo—los retrocesos del mercado nunca te avisan con antelación. Si sube un 20%, retiro la mitad de las ganancias; si llega al 30%, al menos aseguro el 15% ya en el bolsillo.
No te obsesiones con vender en el punto más alto, eso es como ganar la lotería. Conozco a un amigo inversor muy prudente que, con este “método tonto”, ha multiplicado su capital por cuatro en tres años. Mucho mejor que los que persiguen tendencias y contratos día tras día. Ganar por disciplina siempre es más fiable que apostarlo todo a la suerte.
**Segunda regla: (contenido pendiente de continuar)**
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RiddleMaster
· hace4h
De verdad, a quien le quedan 2.000 de 100.000 y aún quiere apalancarse, básicamente ya no tiene remedio.
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Yo también he recibido este tipo de mensajes, el problema es que no escuchan en absoluto.
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Entendido, ir all-in para recuperarse es simplemente el comienzo de otro 100.000 convertido en 2.000.
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Tras ocho años en esto, mi mayor conclusión es una: sobrevivir es más importante que ganar dinero.
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El estado de tu amigo es ya pura mentalidad de jugador, el apalancamiento alto solo será la última gota que colme el vaso.
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Solo por cómo lo pregunta, se nota que hace tiempo perdió la razón. Cuando hay que aconsejar, hay que ser firme y rechazar.
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Hablando en serio, no hay muchos que sepan conservar las ganancias; la mayoría cae por la avaricia.
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InfraVibes
· hace4h
Cien mil, dos mil... colega, esto es realmente jugarse la vida, el alto apalancamiento es literalmente un billete exprés al infierno.
La mala noticia es que la mayoría no quiere escuchar, la buena es que cuando estas historias se repiten, se acaba entendiendo: al final, todo se reduce a la codicia.
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AirdropSkeptic
· hace4h
¿Leverage para dar la vuelta? Amigo, esto es querer acelerar hacia el infierno, he visto demasiados así, y no han terminado bien.
Ya solo le quedan dos mil y aún quiere arriesgarse, esa mentalidad ya está perdida, de verdad.
Proteger las ganancias es cien veces más importante que perseguir el precio, este círculo es una prueba de si puedes salir vivo.
Ver a mi fren así, me duele el corazón, la avaricia es realmente un veneno.
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ThreeHornBlasts
· hace4h
El apalancamiento es veneno: convertir cien mil en dos mil y aún querer recuperarlo, eso ya es mentalidad de jugador.
De verdad, he visto a demasiada gente así y nunca acaban bien. Proteger las ganancias es la clave, no te la juegues todo a una carta.
Hablando claro, meter más apalancamiento ahora es suicidio; hay que calmarse y empezar de nuevo.
A las dos de la madrugada, mirando la app de cotizaciones, el móvil volvió a vibrar. Al abrirlo, vi que era un amigo que me sigue desde hace tiempo: “Hermano, de los cien mil de capital solo me quedan dos mil, ¿debería abrir un apalancamiento alto para intentar recuperarme de una vez?”
Sinceramente, recibir este tipo de mensajes duele más que ver cómo tu propia posición se reduce a la mitad. Este sector de las criptomonedas nunca ha sido un juego de suerte; los que realmente logran salir de pie no lo hacen por “apostarlo todo en una jugada”, sino por “aguantar una y otra vez”.
Llevo ocho años en este mundo y he visto demasiadas historias. Hay quienes pasan de conducir coches de lujo a apretarse en el metro, y otros que convierten cincuenta mil en doscientos mil. Los que sobreviven tanto al mercado alcista como al bajista suelen tener grabadas en la mente varias reglas de supervivencia.
**Primera regla: lo que ganes, consérvalo**
El año pasado conocí a un colega cuyo cripto subió un 12%. Todo emocionado me dijo que iba a aumentar la posición para seguir dándole. Le sugerí que retirase parte de las ganancias primero, pero no me hizo caso; decía: “No es fácil encontrar un buen mercado, hay que aprovechar la oportunidad”. ¿El resultado? A los tres días corrigió el mercado, no solo perdió las ganancias sino que quedó un 5% abajo. Ya era tarde para lamentarse.
El error más común de los principiantes es este: considerar el saldo en pantalla como si fuera dinero propio. Mi costumbre es: si el precio baja cerca del nivel de compra inicial, salgo sin pensarlo—los retrocesos del mercado nunca te avisan con antelación. Si sube un 20%, retiro la mitad de las ganancias; si llega al 30%, al menos aseguro el 15% ya en el bolsillo.
No te obsesiones con vender en el punto más alto, eso es como ganar la lotería. Conozco a un amigo inversor muy prudente que, con este “método tonto”, ha multiplicado su capital por cuatro en tres años. Mucho mejor que los que persiguen tendencias y contratos día tras día. Ganar por disciplina siempre es más fiable que apostarlo todo a la suerte.
**Segunda regla: (contenido pendiente de continuar)**