Recientemente, el mercado ha estado pendiente de una persona: Hassett, quien está cerca de Trump. Este tipo tiene muchas probabilidades de asumir la dirección de La Reserva Federal (FED). Su actitud hacia la reducción de tasas es bastante agresiva, lo que ha llevado al mercado a especular y jugar de diversas maneras.

Desde un punto de vista positivo, la reducción de tasas puede inyectar rápidamente liquidez al mercado, lo que hace que las acciones estadounidenses y los activos criptográficos, que son de alto riesgo, sean más atractivos. Además, esto está en línea con el pensamiento de la Casa Blanca, y las políticas no entrarán en conflicto, lo que permitirá a los inversores tener menos dudas.

Pero el problema también es evidente. La independencia de la Reserva Federal (FED) puede verse debilitada, lo que afectará la credibilidad del dólar y del banco central. Lo que es más problemático es que la inflación podría regresar, y la volatilidad del mercado aumentaría. Si la transición de políticas no es fluida, es fácil que haya desorden en la toma de decisiones.

A corto plazo, la política de flexibilización puede estabilizar el sentimiento del mercado, pero a largo plazo siembra las semillas de la inflación y una crisis de confianza. Ahora la clave es ver si la nominación se materializa y el ritmo de avance de las políticas posteriores.