Imagina esto: una abuela de 87 años encendiendo su equipo de streaming, lista con su avatar, dispensando sabiduría a extraños en internet. No es una hipótesis — está sucediendo ahora mismo en Japón.

Ella es parte de una ola de VTubers mayores que han reclamado su rincón del mundo digital. Pero aquí es donde se pone salvaje. Hay una iniciativa real que te permite alquilar una abuela virtual para tus videollamadas. ¿Te sientes aislado? ¿Necesitas que alguien te hable con sentido? Reserva una sesión. Ella se unirá a tu Zoom, escuchará tus problemas, quizás te regañe un poco, definitivamente te hará sentir menos solo.

Es como si el metaverso descubriera lo que realmente importa: la conexión humana, incluso cuando está envuelta en píxeles y animaciones manipuladas. ¿Quién sabía que el futuro de la interacción social en Web3 se vería como el consejo de tu abuela, entregado a través de una cara de dibujos animados?