¿Todavía confundido sobre elegir entre billeteras calientes y frías? En realidad, hay una manera bastante sencilla de pensarlo.

Si estás moviendo fondos constantemente—operando, apostando o realizando transacciones regulares—las carteras calientes tienen sentido. Son accesibles cuando las necesitas. Pero, ¿qué pasa con aquellos activos que planeas mantener a largo plazo? Ahí es donde entra el almacenamiento en frío. Las cosas que no vas a tocar durante meses o años merecen esa capa adicional de seguridad.

Ajusta tu tipo de billetera a cómo realmente usas tu cripto. Así es como mantienes las cosas seguras sin complicarte la vida más de lo necesario.