En Texas, hay un banco comunitario llamado Monet Bank que recientemente ha dado un gran paso: ha entrado oficialmente en el sector de los préstamos cripto y la banca de activos digitales. El propietario de este banco es Andy Beal, un magnate inmobiliario tejano con una fortuna de varios miles de millones de dólares, y también uno de los principales donantes del actual presidente de Estados Unidos.

La estrategia de Monet está bastante clara: no va por la vía minorista, sino que se posiciona directamente como un "banco de infraestructuras" especializado en atender a clientes institucionales del sector de los activos digitales. En resumen, ofrece a las empresas cripto servicios que los bancos tradicionales no se atreven a tocar: préstamos con garantía, custodia, canales de cumplimiento, etc.

El tamaño del banco no es especialmente grande, con unos activos totales de menos de 6.000 millones de dólares y un capital propio de algo más de 1.000 millones. Pero en el entorno regulatorio de Estados Unidos, no hay muchos bancos tradicionales con licencia dispuestos a dedicarse a esto. Actualmente, los más activos en el mercado son Erebor Bank, que ha obtenido una licencia condicional de la OCC, y ahora Monet, que se suma a la competencia.

El momento es bastante delicado. El año pasado, dos bancos amigos de las criptomonedas, Silvergate y Signature, quebraron y salieron del mercado, dejando un vacío que aún no se ha llenado del todo. La entrada de Monet en este momento puede deberse a que ve una oportunidad clara, o a que confía plenamente en su gestión de riesgos. Al fin y al cabo, que el dueño tenga dinero es una cosa, pero mantener la línea de riesgo en un mercado tan volátil como el cripto es otra muy distinta.