«El secreto de los traders que ganan decenas de millones de dólares»

*La siguiente es mi traducción, solo para facilitar la lectura. Agradezco a los expertos que aún están dispuestos a compartir sinceramente.*

Si quieres dejar de perder dinero en el mundo de las criptomonedas, lo primero que deberías hacer es dejar de hacer day trading. ¡Es una estafa!

El artículo es largo, pero si lo lees, te aseguro que dentro de unos años me lo agradecerás.

Empecé a hacer trading siendo adolescente.

He ganado mucho dinero y me he sentido como Batman; también he vivido fracasos que realmente me rompieron el corazón y sigo luchando por recuperarme.

He probado todas las estrategias que se le pueden ocurrir a un minorista.

Incluso hice day trading durante un año entero, pensando que finalmente me salvaría, pero acabé fracasando estrepitosamente. Cada vez que lo recuerdo, me duele el alma.

Mi historial de ganancias y pérdidas era tan malo que mi abuela (a la que le puse compras automáticas de Bitcoin) ganó más dinero que yo.

Entonces me convertí en un trader de baja frecuencia, operando por ciclos y apenas tocando posiciones. Cuando obtenía beneficios, salía inmediatamente y dejaba de operar durante un tiempo.

Solo entonces mi vida empezó a mejorar y todo comenzó a encarrilarse.

No soy un santo. Escribo este artículo para salvar a mi yo joven, tonto, ingenuo y dolorosamente impulsivo.

En primer lugar, como trader minorista de day trading, estás haciendo trading de alta frecuencia, pero sin ninguna ventaja real de información (no sabes la liquidez real, el libro de órdenes, no eres market maker, no tienes ventaja de ejecución, no tienes nada).

Pero si operas solo unas pocas veces por trimestre, puedes sobrevivir. ¿Más de 10 veces por semana?
Incluso si tienes la “autodisciplina” y la “gestión del riesgo” más fuertes del mundo, las matemáticas seguirán dejándote sin opciones.

Los minoristas fracasan no porque (nosotros) nunca ganemos. Fracasamos porque nunca paramos, y la alta frecuencia solo tiene un resultado final: la destrucción.

> Por eso, si supero mi límite de operaciones trimestral, me impongo un sistema de penalización.

Cada uno de mis grandes fracasos ocurrió después de una gran victoria, porque no me detuve ahí, sino que seguí adelante.

> Cada una de mis grandes victorias (y en las que realmente mantuve el dinero durante mucho tiempo) fue porque capturé un gran movimiento de mercado y luego me calmé.

Este patrón es tan obvio que resulta doloroso.

Ganar no significa que de repente hayas ganado mucho dinero.
Ganar es conservar ese dinero, no perderlo al año siguiente.

> He visto a niños de 14 años en TikTok autodenominarse day traders, dibujando líneas en TradingView, creyendo que por comprar el curso de algún gurú o una cuenta de Discord, han desbloqueado algún sistema de trading diario ejecutable.

Esto me da náuseas, porque si supieran que están apostando, no me importaría. Al menos sabrían las reglas del juego.

Pero la ola de day trading actual es más grande que la ola de dropshipping de 2016 y 2017. Y todos sabemos cómo terminó aquello.

La gente subestima la dificultad del trading y sobrestima enormemente sus propias capacidades.

El problema no es solo matemático.
Cierto, cuanto más operas y menos te detienes, más difícil es mantener ganancias constantes.

El verdadero problema es que los jóvenes traders minoristas creen sinceramente que, con “autodisciplina” y “gestión del riesgo”, no están apostando. Creen que el day trading es una “habilidad” que se puede ejecutar como una rutina diaria.

Esto no solo aplica al day trading de criptomonedas. La misma lógica sirve para las acciones estadounidenses y casi cualquier mercado.

El high frequency trading solo funciona dentro de las instituciones.

Pongamos el ejemplo de las acciones estadounidenses. ¿Sabes qué no miran los traders institucionales? Gráficas de velas y TradingView. Usan terminales Bloomberg para acceder a datos que los minoristas jamás podrán ver.

Por supuesto, tú lo sabes. Pero los adolescentes de 14 a 18 años no. Creen que los indicadores que usan son los mismos que utilizan todos los traders.

Ese es el verdadero peligro. Si sabes que estás apostando, al menos, en el fondo, sabes cuándo parar.
Pero en cuanto crees que esto es un “sistema”, nunca te detendrás.
No dejas de hacer clic hasta que el mercado te vacía por completo.

Es literalmente como un casino disfrazado.

Cuando entras en Las Vegas o Macao, sabes perfectamente a lo que te enfrentas. Ves las luces, las mesas, los crupieres y el bullicio. Tu cerebro sabe que es un juego de azar.

Pero el day trading de hoy es como un casino disfrazado de cafetería.

Los nuevos traders creen que están “aprendiendo una habilidad”, sin darse cuenta de que simplemente se están sentando en una mesa diseñada para drenarles la energía poco a poco.

Así que no paran.
Esa es la verdadera tragedia.
No es cuestión de ganar o perder.

Realmente creen que no están apostando, por eso siguen y siguen hasta perderlo todo.

Y esos inversores minoristas que, como yo, parecen haber “ganado dinero”... Sinceramente, la mayoría solo ha pillado un buen movimiento de mercado.

Tuvieron suerte, aprovecharon el momento y, gracias a fracasos previos, adquirieron la disciplina suficiente como para saber parar tras una victoria.

Aun así, este pequeño grupo representa menos del uno por ciento del total de minoristas.

Ganar dinero en trading no es difícil.
Mantenerlo es lo realmente difícil.

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