Cuando el mercado es volátil, lo más importante es cuántos activos eres capaz de mantener en tus manos.

Recuerda una cosa: ni codicies, ni te asustes. Las grandes oportunidades reales del año son solo unas pocas; si las pierdes, las pierdes. Antes de decidir cómo distribuir tus posiciones, tienes que entenderlo bien; cómo aprovechar cada narrativa, medítalo con calma, no tengas prisa.

Mirando atrás, los errores que he cometido realmente me han costado lágrimas amargas:

• Primera forma de perderlo todo: acertar la dirección, pero apostar demasiado fuerte de inicio; tras un par de sacudidas del mercado, no aguantas y vendes en pérdidas.
• Segunda gran pena: ver cómo a otros su cuenta se multiplica cientos de veces, pero por pensar que el precio está caro, no te subes al tren, y lo ves dispararse sin ti.
• Tercera forma de liarla: oír cómo todo el mundo habla bien de una moneda y, sin pensarlo, entrar por impulso; sin tener claro por qué compras, acabas sin poder mantener la posición.
• Cuarta forma de perderse: entrar y salir solo por intuición, sin planificación ni objetivos, apostando únicamente a la suerte.

Una vez que tienes la estrategia clara, lo que queda es cuestión de ejecución.