Recientemente, en Estados Unidos se destapó un gran caso: un caso de lavado de dinero en criptomonedas por valor de 263 millones de dólares, en el que una banda logró estafar unas 4.100 bitcoins utilizando técnicas de ingeniería social. No lo has leído mal: un joven de solo 22 años también está implicado. Este grupo se dedicaba a llamar por teléfono para engañar a las víctimas y hacer que transfirieran sus activos, con métodos bastante agresivos.

Primero, la conclusión: esto no afecta demasiado a los usuarios normales. Ellos apuntaban a usuarios concretos cuyos datos personales ya se habían filtrado, y lograban sus objetivos mediante estafas telefónicas. El mercado de bitcoin seguirá su curso, y la tendencia no va a cambiar por un caso aislado.

Aun así, hay que mantener la guardia. Aquí van algunos consejos prácticos:

Primero, la clave privada y la frase de recuperación son tu vida: bajo ningún concepto debes dárselas a nadie. ¿Soporte de la plataforma? Nunca te pedirá eso.

Segundo, ¿recibes una llamada o SMS de un desconocido pidiéndote transferir criptos o introducir contraseñas? Ignóralo directamente. Una entidad seria jamás actuará así.

Tercero, elige plataformas de intercambio grandes y fiables. Las pequeñas pueden ser más baratas, pero no tienen la misma seguridad.

De hecho, este tipo de casos demuestra una cosa: la blockchain es transparente y es muy difícil ocultar dinero sucio. El FBI ha podido rastrear estos fondos, lo que demuestra que los registros en la cadena son más difíciles de falsificar de lo que parece. Si nosotros tomamos precauciones básicas, no buscamos gangas fáciles y no confiamos en desconocidos, el mundo cripto sigue siendo un lugar seguro para operar.

Recuerda una cosa: la seguridad de tus activos depende de ti, no le des oportunidades a los estafadores.