El exjefe de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, Paul Atkins, lanzó recientemente una afirmación: la tokenización podría realmente darle la vuelta por completo al sistema financiero estadounidense.

Su lógica es bastante directa: el proceso tradicional de confirmación de derechos, compensación y liquidación en las finanzas es demasiado complicado, costoso y lento. Una vez que los activos se trasladan a la cadena, estos pasos pueden simplificarse enormemente y la eficiencia de las transacciones se dispara. En otras palabras, la tokenización no es solo una mejora tecnológica, sino más bien una cirugía para toda la infraestructura financiera.

Que esto lo diga alguien desde el ámbito regulatorio tiene un peso distinto. Si este modelo realmente funciona, los intermediarios tradicionales como los brokers y las entidades de custodia tendrán que replantearse su papel.