Te cuento una historia real que me pasó cerca.

El mes pasado, un amigo seguía quejándose de que estaba sin blanca, que debía dinero, trabajaba horas extras hasta medianoche y que en cuanto cobraba, el sueldo desaparecía. Por aquel entonces, cada noche se quedaba mirando el móvil hasta la madrugada, viendo todo tipo de vídeos de trading, con un gusanillo por dentro, pero a la hora de la verdad, no se atrevía a operar.

No sé cómo, pero un día vino a buscarme y me dijo que quería probar suerte. Yo no le dije mucho, solo le pregunté: "¿Estás preparado para perderlo todo?" Se quedó un segundo en blanco y me contestó que al menos quería arriesgarse una vez.

Empezamos con poco dinero, tanteando el terreno. Si subía, aumentábamos algo la posición; si bajaba, salíamos enseguida. Con el stop-loss no dudábamos nunca, y si ganábamos, tampoco nos quedábamos mucho tiempo.

La vez más loca fue cuando BTC se disparó y él entró con 200U. Yo veía la gráfica subir hasta 4100U y le insistía en que saliera. Pero él quería esperar un poco más y, sorprendentemente, acertó: reventó hasta 9000U. Así, de un capital inicial de 1700U, lo hizo crecer hasta 36.000U en apenas treinta días.

Pagó sus deudas y hace un par de días me mandó una foto, con las llaves de su coche nuevo en la mano. Le dije que vaya crack, y él me respondió sonriendo: "He tenido suerte, y te he conocido a ti."

La lógica en este mundillo nunca ha cambiado. No esperes que te caiga algo del cielo, el núcleo sigue siendo lo mismo: acertar el ritmo, leer bien el mercado, atreverse a entrar y a salir a tiempo.

Si ahora mismo estás perdiendo y ya dudas de todo, quieres recuperar pero te asusta meter más capital, y vas buscando el supuesto "secreto infalible", solo te puedo decir que las oportunidades del mercado siempre están ahí; la clave es si la persona que tienes al lado realmente quiere ayudarte o solo te ve como un cajero automático.

El que entiende, acaba llegando.