Una importante empresa japonesa de bebidas sigue sufriendo las consecuencias de un devastador ciberataque que afectó a sus sistemas hace meses. Acaban de publicarse las cifras de ventas de noviembre y la caída es aún peor que la registrada en octubre. El ataque destrozó absolutamente sus líneas de producción y su red de distribución, y está claro que tienen dificultades para recuperarse. Es un recordatorio contundente de que incluso las grandes corporaciones con grandes recursos no son inmunes a estas amenazas digitales. Cuando toda tu cadena de suministro queda paralizada por piratas informáticos, la recuperación no es algo que ocurra de la noche a la mañana. El persistente descenso en las ventas demuestra hasta qué punto puede llegar el daño causado por una sola brecha de seguridad.