De innumerables conversaciones con insiders y outsiders de la industria, una cosa me ha quedado claramente en evidencia:

La mayoría de las personas ni siquiera puede imaginar cuánta buena noticia todavía se mantiene en secreto porque nadie quiere disparar sus tiros durante condiciones de mercado adversas.

Ya sea que sean constructores logrando avances reales en sus productos, proyectos asegurando asociaciones con niveles de adopción increíbles, o inversores trabajando en atraer instituciones y capital serio al espacio.

Hay mucho esperando tras el telón.

Una vez que las condiciones del mercado cambien incluso ligeramente, vamos a ver una cascada de noticias extremadamente alcistas que pondrán en marcha un efecto de retroalimentación positiva. Y luego las cosas pueden volver a ser parabólicas, probablemente más rápido de lo que la mayoría podría sentirse cómodo.

Eso es exactamente cuando todos en la banca de reserva querrán entrar a lo loco.

Pero también es exactamente cuando ya será demasiado tarde.