Un alto responsable de política recientemente destacó un punto crítico: la credibilidad ganada a pulso por la Fed en el control de la inflación es uno de sus principales logros políticos en los últimos años. Pero aquí está el problema—esta credibilidad no es un premio que se guarda y se olvida.
¿El verdadero desafío? Mantenerla requiere vigilancia constante. Un desliz, una percepción de vacilación en el compromiso, y años de construcción de reputación pueden desmoronarse más rápido de lo que se espera. No se trata solo de alcanzar los objetivos de inflación; se trata de señalar constantemente que vas en serio.
Para los mercados y los inversores, esto importa. Cuando los bancos centrales pierden credibilidad en la inflación, se generan expectativas que se deshacen de su anclaje, lo cual alimenta las espirales salarial-precio y hace que futuras subidas de tasas sean aún más dolorosas. La Fed aprendió esta lección de la manera difícil en los años 70.
Entonces, la advertencia aquí es sencilla: los responsables de política no deben volverse complacientes. Esa credibilidad es frágil. Cada decisión política, cada comunicación, cada dato de inflación es sometido a escrutinio. Un momento de duda o inconsistencia, y todo el marco de lucha contra la inflación vuelve a ser cuestionado.
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NotSatoshi
· hace10h
En resumen, la reputación de la Fed es como un cristal, se rompe con un solo golpe... Todavía no hemos aprendido la lección de los años 70.
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MoodFollowsPrice
· hace10h
En resumen, la credibilidad de la Reserva Federal es tan frágil como un cristal... Un cambio de política y todo se acaba, ¿no? ¿No habrán aprendido lo suficiente de las lecciones de los años 70?
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metaverse_hermit
· hace10h
En resumen, la credibilidad de la Fed es como un corazón de cristal, se rompe con un solo golpe. La lección de los años 70 todavía está allí, viva y presente.
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SellTheBounce
· hace10h
La credibilidad de la Reserva Federal es como papel, se rompe con un toque. La lección de los años 70 todavía no se ha aprendido lo suficiente.
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En resumen, solo es una ilusión monetaria. La promesa de hoy puede ser retractada mañana, solo se repite la historia.
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A veces, la credibilidad vale más que el oro, otras veces no vale nada. Todo depende de si el mercado confía o no.
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La recuperación debería salir a venderse, no esperar a que la Reserva Federal tenga una "posición unificada", la próxima ronda de reducción no se puede evitar.
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Cada año se mantiene la credibilidad, cada año se destruye la credibilidad. Esto es la rutina del banco central.
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Cuando algún día realmente duden, las expectativas del mercado se desmoronarán por completo. Entonces será el verdadero comienzo de una pesadilla.
Un alto responsable de política recientemente destacó un punto crítico: la credibilidad ganada a pulso por la Fed en el control de la inflación es uno de sus principales logros políticos en los últimos años. Pero aquí está el problema—esta credibilidad no es un premio que se guarda y se olvida.
¿El verdadero desafío? Mantenerla requiere vigilancia constante. Un desliz, una percepción de vacilación en el compromiso, y años de construcción de reputación pueden desmoronarse más rápido de lo que se espera. No se trata solo de alcanzar los objetivos de inflación; se trata de señalar constantemente que vas en serio.
Para los mercados y los inversores, esto importa. Cuando los bancos centrales pierden credibilidad en la inflación, se generan expectativas que se deshacen de su anclaje, lo cual alimenta las espirales salarial-precio y hace que futuras subidas de tasas sean aún más dolorosas. La Fed aprendió esta lección de la manera difícil en los años 70.
Entonces, la advertencia aquí es sencilla: los responsables de política no deben volverse complacientes. Esa credibilidad es frágil. Cada decisión política, cada comunicación, cada dato de inflación es sometido a escrutinio. Un momento de duda o inconsistencia, y todo el marco de lucha contra la inflación vuelve a ser cuestionado.