El panorama regulatorio de las criptomonedas en EE. UU. se está fragmentando a un ritmo alarmante. Miles de proyectos de ley están circulando actualmente por las legislaturas estatales en todo el país, con más de 100 medidas ya promulgadas —y muchas de ellas se contradicen directamente entre sí. Esto crea un mosaico confuso donde los innovadores enfrentan cincuenta marcos regulatorios diferentes a nivel estatal, cada uno con sus propios requisitos y restricciones. La inconsistencia hace que sea increíblemente difícil para los proyectos blockchain y las empresas de criptomonedas escalar sus operaciones a través de las fronteras. En lugar de fomentar la innovación, este caos regulatorio obliga a las empresas a navegar por demandas de cumplimiento contradictorias, lo que finalmente ralentiza el crecimiento de la industria y empuja talento y capital hacia jurisdicciones más amigables con las criptomonedas a nivel mundial.