¿Por qué no me arrepiento de haber pasado 8 años en la industria de las criptomonedas?

Escribir por: Nic Carter, socio de Castle Island Ventures

Traducido por: AididiaoJP, Foresight News

Enlace al original:

Ken Chang publicó recientemente un artículo titulado «He malgastado ocho años de mi vida en criptomonedas», en el que describe con crudeza la destrucción inherente del capital y el nihilismo financiero en esta industria.

Los insiders del mundo cripto suelen burlarse de este tipo de artículos de «retirada con rabia» y disfrutan recordando las historias de figuras históricas como Mike Hearn o Jeff Garzik cuando abandonaron la escena con gran notoriedad (sin dejar de señalar cuánto había subido Bitcoin después de que se fueron).

Pero el artículo de Ken en general es correcto. Él dice:

Las criptomonedas afirman ayudar a descentralizar el sistema financiero, y yo lo creí profundamente, pero la realidad es que solo son un supersistema de especulación y azar, esencialmente una versión de la economía actual. La realidad me golpeó como un camión; no estaba construyendo un nuevo sistema financiero, sino que había creado un casino. Un casino que no se llama casino, pero que es el más grande, operativo las 24 horas y multijugador que hemos construido en nuestra generación.

Ken señala que los fondos de riesgo han quemado miles de millones de dólares financiando varias cadenas públicas nuevas, aunque claramente no necesitamos tantas. Esto es correcto, aunque su descripción de los modelos de incentivos es algo sesgada (los VCs son, en esencia, canales de capital — en general, solo hacen lo que los socios limitados están dispuestos a tolerar). Ken también criticó la proliferación de DEX perpetuos y spot, mercados predictivos, plataformas de lanzamiento de memecoins y similares. Es cierto que, aunque en un nivel abstracto se puede defender estos conceptos (excepto los lanzamientos de memecoins, que carecen de sentido), no se puede negar que su proliferación es simplemente una consecuencia de cómo los incentivos del mercado y los inversores de riesgo están dispuestos a pagar.

Ken dice que entró en el mundo cripto con un espíritu idealista y con optimismo en los ojos. Esto es algo familiar para quienes participan en este campo: tiene una inclinación libertaria. Pero el resultado es que no practicó el ideal libertario, sino que construyó un casino. Específicamente, es conocido por su trabajo en Ribbon Finance, un protocolo que permite a los usuarios depositar activos en cofres y obtener beneficios mediante la venta sistemática de opciones.

No quiero ser demasiado mordaz, pero es así. Si fuera yo, también reflexionaría profundamente. Cuando el conflicto entre principios y trabajo se vuelve insoportable, Ken llegó a su conclusión pesimista: las criptomonedas son un casino, no una revolución.

Una cosa que me impacta profundamente y que me recuerda a un artículo de hace casi diez años de Mike Hearn. Hearn escribió:

¿Por qué fracasa Bitcoin? Porque la comunidad detrás fracasó. Debería haberse convertido en una moneda descentralizada de nuevo tipo, sin «instituciones sistémicamente importantes», sin «demasiado grande para caer», pero terminó siendo algo peor: un sistema completamente controlado por unos pocos. Además, la red está al borde de un colapso técnico. Los mecanismos que deberían haber prevenido todo esto ya fallaron, por lo que no hay muchas razones para creer que Bitcoin pueda ser realmente mejor que el sistema financiero actual.

Aunque los detalles difieren, el argumento es el mismo. Bitcoin / criptomonedas deberían ser algo (descentralización, ciberpunk) pero terminaron en otra forma (casino, centralización). Ambos coinciden en que, en última instancia, no han sido mejores que el sistema financiero existente.

El argumento de Hearn y Ken puede resumirse en una frase: las criptomonedas tenían un propósito inicial, pero finalmente se desviaron. Entonces, debemos preguntarnos: ¿cuál es realmente el objetivo de las criptomonedas?

Cinco objetivos de las criptomonedas

A mi parecer, hay aproximadamente cinco corrientes que no son mutuamente excluyentes. Personalmente, me identifico más con la primera y la quinta, pero tengo empatía por todas ellas. Sin embargo, no soy terco con ninguna, incluso con el bando más radical de Bitcoin.

Restaurar una moneda sana

Este fue el sueño original, compartido por la mayoría (no todos) de los primeros usuarios de Bitcoin. La idea era que, con el tiempo, Bitcoin pudiera competir con las monedas soberanas de muchos países, incluso reemplazarlas, y devolvernos a un orden similar al patrón oro. Este grupo suele considerar que todo lo demás en el mundo cripto es solo interferencia o estafa, simplemente aprovechando el impulso de Bitcoin. Sin duda, Bitcoin ha avanzado poco en el nivel de soberanía estatal, pero en solo 15 años ya ha llegado bastante lejos como activo monetario importante. Quienes creen en esto viven en una contradicción entre la ilusión y la esperanza: con una expectativa casi utópica, creen que la adopción generalizada de Bitcoin está al alcance.

Codificar lógica comercial mediante contratos inteligentes

Esta visión es defendida por Vitalik Buterin y la mayoría en el ecosistema Ethereum: si podemos digitalizar dinero, también podemos expresar todo tipo de transacciones y contratos en código, haciendo el mundo más eficiente y justo. Para los puristas del bitcoinismo, esto fue considerado una herejía en sus inicios. Pero en ciertos nichos, especialmente en contratos fáciles de expresar matemáticamente, como derivados, sí ha tenido éxito.

Hacer que la propiedad digital sea real

Esta es mi síntesis de la filosofía «Web3» o «leer-escribir-posesión». La idea no carece de sentido: la propiedad digital debe ser tan real y confiable como la propiedad física. Sin embargo, en la práctica, NFT y redes sociales Web3 o bien han tomado un rumbo erróneo, o, siendo más benévolos, han llegado en un momento inoportuno. A pesar de las decenas de miles de millones invertidos, hoy en día son pocos los que defienden esta filosofía. Pero todavía veo algo valioso para reflexionar: muchos de los problemas actuales en internet derivan de que no «poseemos» realmente nuestra identidad y espacio digital, ni podemos controlar efectivamente a quién interactuamos ni cómo se distribuyen los contenidos. Creo que un día recuperaremos la soberanía sobre nuestros activos digitales, y blockchain probablemente jugará un papel en ello. Solo que ese momento aún no ha llegado.

Mejorar la eficiencia de los mercados de capital

Este es el objetivo menos ideológico de los cinco. Poca gente se emociona con la liquidación de valores, lenguajes como COBOL, sistemas SWIFT o ventanillas de transferencias electrónicas. Pero, en cualquier caso, es un motor importante para el avance del sector cripto. La lógica es: el sistema financiero occidental se basa en una pila tecnológica anticuada, difícil de actualizar debido a la dependencia de rutas (nadie se atreve a reemplazar fácilmente las infraestructuras centrales que procesan billones de dólares diarios), así que hace tiempo que se necesita una actualización. Esta actualización debe venir desde fuera del sistema, con una arquitectura completamente nueva. La mayor parte del valor radica en mejorar la eficiencia y en generar excedentes para los consumidores, por lo que no es tan excitante.

Ampliar la inclusión financiera global

Por último, hay quienes ven en las criptomonedas una tecnología inclusiva que puede ofrecer infraestructura financiera de bajo costo a nivel mundial, y para algunos incluso es la primera vez que acceden a servicios financieros. Esto implica que las personas puedan custodiar sus propios activos cripto (hoy en día, más comúnmente stablecoins), acceder a valores tokenizados o fondos de mercado monetario, obtener tarjetas de crédito emitidas en base a sus wallets o cuentas en exchanges, y ser tratados con igualdad en el internet financiero. Es un fenómeno muy palpable, y su éxito aparente brinda consuelo a muchos idealistas que ven cómo sus sueños se desvanecen.

Optimismo pragmático

Entonces, ¿quién tiene razón? ¿Los idealistas o los pesimistas? ¿O existe una tercera vía?

Podría extenderme mucho diciendo que las burbujas siempre acompañan a grandes avances tecnológicos, y que en realidad las burbujas catalizan la construcción de infraestructuras útiles, y que la especulación en criptomonedas se debe a que son en sí mismas una tecnología financiera. Pero eso sería una autocomplacencia.

Mi verdadera respuesta es que mantener un optimismo pragmático es la actitud correcta. Cada vez que te sientas desesperado por el casino cripto, debes recordar esto con firmeza. La especulación, la euforia y la salida de capital son efectos secundarios inevitables pero desagradables en la construcción de infraestructura útil. Esto genera costos humanos reales, no quiero minimizarlo. La normalización de memecoins, apuestas sin sentido y nihilismo financiero entre los jóvenes es especialmente frustrante y no beneficia a la sociedad. Pero son efectos colaterales inevitables en la construcción de mercados de capital en una vía sin permisos. No hay otra forma: debes aceptar que así funciona la blockchain, y puedes optar por no participar en ello.

Lo importante es que: las criptomonedas tienen su propósito, y tener ideales al respecto es completamente normal. Es esa misma meta la que motiva a miles a dedicar su carrera a este sector.

Solo que, quizás, no sea tan emocionante como crees.

Lo más probable es que el mundo no acepte Bitcoin de golpe. Los NFT no revolucionaron la propiedad digital, los mercados de capital siguen en proceso de onchain. A excepción del dólar, no hemos tokenizado muchas más clases de activos, y ningún régimen autoritario se ha caído por que la gente tenga wallets cripto. Los contratos inteligentes se usan principalmente en derivados, y poco más. Las aplicaciones con verdadera adecuación al mercado siguen limitadas a Bitcoin, stablecoins, DEX y mercados predictivos. Muchas de las valoraciones creadas por esto probablemente sean capturadas por grandes empresas o devuelvan valor a los consumidores en forma de eficiencia y reducción de costos.

Por eso, el verdadero reto es mantener un optimismo basado en posibilidades reales, no en fantasías de optimismo ciego. Si crees en una utopía libertaria, la brecha entre expectativas y realidad te terminará desilusionando. Los efectos casino, emisión descontrolada y especulación desenfrenada deben ser vistos como las fealdades en la “parte baja” del sector, que aunque difíciles de eliminar, existen objetivamente. Si crees que el coste de blockchain ya supera sus beneficios, la desilusión también es una opción completamente válida. Pero, en mi opinión, la situación actual es mejor que nunca. Tenemos más evidencia que nunca de que estamos en el camino correcto.

Solo recuerda aquel objetivo.