La gestión de posiciones consiste sencillamente en administrar tus posiciones abiertas. Una posición completa representa la mayor exposición que puede asumir el saldo de tu cuenta. El dimensionamiento de posición es el porcentaje de tu cartera que destinas a una posición concreta.
En el trading de futuros de criptomonedas, quizá te preguntes cómo obtener buenos beneficios sin arriesgar demasiado en grandes posiciones. Riesgo y rentabilidad van siempre de la mano. Si solo buscas maximizar beneficios, los riesgos pueden descontrolarse. Para quienes empiezan en el trading de criptoactivos, invertir sin límites y sin una estrategia clara de éxito es la forma más rápida de perder todo el capital (otro error habitual que lleva a la liquidación es no establecer un stop-loss).
La gestión de posiciones es una herramienta preventiva diseñada para limitar riesgos, no para buscar mayores beneficios. Muchos traders experimentados afirman que solo asumen una posición grande cuando tienen plena confianza en una oportunidad (por ejemplo, una ruptura alcista relevante) y siempre tras establecer previamente un stop-loss. Sobrevivir en el mercado es la condición imprescindible para poder generar beneficios.
Por tanto, la gestión de posiciones resulta imprescindible en el trading de futuros cripto. Cuando las señales de mercado no son claras, tomar posiciones pequeñas para testar el entorno antes de consolidar un sistema de trading propio es siempre una decisión sensata. Aunque no logres grandes beneficios al instante, la gestión de posiciones y el uso de stop-loss son claves para evitar pérdidas significativas.
Lo primero es entender que la gestión de posiciones no soluciona una tasa de acierto baja. Su función es permitirte permanecer más tiempo en el mercado y aprovechar las oportunidades cuando surjan. Así, no puede analizarse sin tener en cuenta el momento de entrada y salida, la disciplina y la fortaleza mental del propio trader.
Los traders de tendencia suelen tener tasas de acierto modestas, pero su relación beneficio/pérdida puede ser elevada. Por ello, requieren una gestión de posiciones estricta para controlar el coste de cada operación. Cuando una orden de prueba resulta rentable, aumentan progresivamente el tamaño de la posición para mejorar la relación beneficio/pérdida y compensar así la baja tasa de acierto.
Los traders de corto plazo dependen de una alta tasa de acierto y una relación beneficio/pérdida baja, por lo que deben optimizar la utilización del capital para maximizar el beneficio. También aplican una férrea disciplina en los stop-loss, lo que ayuda a reducir los riesgos asociados a las grandes posiciones.
La estrategia de gestión de posiciones debe apoyarse en los registros previos de aperturas y cierres, así como en la fortaleza psicológica del trader. El siguiente análisis solo pretende ofrecerte un marco de reflexión. La estrategia concreta deberá ajustarse siempre a tu operativa personal. ¿Qué factores hay que valorar? Aquí tienes algunos puntos clave:
La gestión de posiciones no es un modelo rígido. Es una parte esencial de tu estrategia de trading. La estrategia de entrada y salida y la gestión de posiciones se complementan y son imprescindibles dentro del sistema de trading.
En esta estrategia, se establece por adelantado el capital a utilizar en la entrada y el porcentaje que representa sobre el total de la cuenta. Cada vez que se incremente la posición, se añade siempre el mismo porcentaje de fondos. Tras varios incrementos, el gráfico del precio medio muestra la forma de un rectángulo, de ahí el nombre.
Si inviertes mucho capital al principio y el mercado evoluciona en contra, debes reducir progresivamente la posición. Si el mercado avanza a favor, puedes incrementarla, pero cada vez en menor porcentaje. El gráfico del precio medio muestra bases anchas y picos estrechos, por lo que se denomina gestión en pirámide.
La ventaja es que el tamaño de la posición se ajusta según la rentabilidad: cuanto mayor sea la tasa de acierto, mayor podrá ser la exposición. La desventaja es que en mercados volátiles resulta difícil obtener beneficios.
En este caso, la inversión inicial es baja y, si el mercado va en contra, puedes aumentar la posición para promediar el coste y llegar a un tamaño mayor. El gráfico del precio medio muestra bases estrechas y picos anchos, de ahí el nombre de gestión en embudo.
Esta estrategia implica menos riesgo al principio. Si tu cuenta no es liquidada, el tamaño del embudo puede crecer y las ganancias aumentar. Sin embargo, exige una lectura precisa del mercado y una vigilancia activa. Si te equivocas de dirección o no puedes seguir promediando, puedes verte atrapado en una mala posición.
Cada una de estas estrategias tiene sus ventajas. En resumen: la estrategia de rectángulo es apta para mercados volátiles; la de pirámide, para fases alcistas iniciales; la de embudo, para compras en mínimos.
La gestión de posiciones ofrece tanto una mentalidad como una herramienta para equilibrar los riesgos y los beneficios, y cubrirte ante lo desconocido. Debes combinarla siempre con tu estrategia personal de trading para buscar la relación perder poco y ganar mucho. En la práctica, cada trader debe encontrar la estrategia que mejor se adapte a su forma de operar y saber reaccionar dinámicamente al mercado.
Para consultar más ejemplos de prácticas de trading, puedes revisar la sección de futuros de Gate.
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