El Rally Explosivo Oculta Vulnerabilidades Subyacentes
El sector de la computación cuántica ha cautivado la imaginación de Wall Street como pocas tecnologías antes que ella. En el último año, hasta finales de noviembre, las acciones de empresas puramente cuánticas han ofrecido rendimientos extraordinarios: IonQ se disparó un 829%, Rigetti Computing subió drásticamente, D-Wave Quantum aceleró hacia arriba, y Quantum Computing Inc. registró ganancias de tres dígitos. Estos movimientos astronómicos han llevado a comparaciones con frenéticas especulativas previas, sin embargo, pueden representar algo más precario que la burbuja de IA de la que se habla ampliamente.
Mientras que la inteligencia artificial ha dominado las conversaciones del mercado, la computación cuántica exhibe señales de advertencia reveladoras de una valoración excesiva que el precedente histórico sugiere que eventualmente se corregirá. La pregunta fundamental no es si la tecnología de computación cuántica tiene mérito—claramente lo tiene. Más bien, es si los precios actuales de las acciones reflejan con precisión la línea de tiempo de comercialización realista y las amenazas competitivas que enfrentan estas empresas.
Impresionantes Proyecciones de Crecimiento Colisionan con la Realidad Financiera
Las proyecciones de consenso de Wall Street prevén una expansión transformadora de los ingresos hasta 2027. Se espera que IonQ escale de $108 millones a $315 millones en ventas. Rigetti Computing enfrenta presión para crecer de $8 millones a $48 millones. D-Wave Quantum proyecta un aumento de ingresos de $25 millones a $74 millones, mientras que Quantum Computing Inc. tiene como objetivo escalar de $1 millones a $10 millones.
Estas trayectorias representan tasas de crecimiento potencial de tres dígitos que emocionarían a cualquier inversor. Sin embargo, el camino para lograr estos objetivos revela fallas en la tesis de inversión. La mayoría de estas empresas están perdiendo efectivo a un ritmo alarmante, consumiendo capital más rápido de lo que generan ingresos. Sin operaciones rentables a la vista, su único mecanismo de supervivencia implica ofertas de acciones continuas que diluyen a los accionistas existentes.
La reciente recaudación de capital de IonQ de $2 mil millones demuestra la intensidad del desafío de financiamiento. Sin embargo, tales recaudaciones de capital masivas solo enmascaran un problema más profundo: las empresas puras de computación cuántica carecen de acceso independiente a los mercados de crédito y deben recurrir a la dilución de accionistas como su principal mecanismo de financiamiento. Esta dinámica típicamente se acelera durante las correcciones del mercado cuando las valoraciones de capital caen.
Los patrones históricos sugieren expectativas sobrecalentadas
En las últimas tres décadas, las tecnologías comercializadas como “las próximas grandes cosas” han seguido un patrón predecible. Los inversores sobreestiman agresivamente las tasas de adopción, las capacidades de optimización en etapas iniciales y el tiempo hasta la utilidad. Cuando la realidad no coincide con estas expectativas exageradas, las correcciones ocurren con una regularidad sorprendente.
La computación cuántica sigue en su fase de comercialización más temprana. Los expertos de la industria reconocen que la tecnología está a años de resolver problemas del mundo real más rápido que las computadoras clásicas en la mayoría de las aplicaciones. La brecha entre las capacidades de laboratorio actuales y el despliegue práctico y generalizado sigue siendo sustancial.
Los múltiplos de valoración señalan extremos peligrosos
Quizás la evidencia más convincente aparece en las métricas de valoración. Basado en los ingresos de los últimos doce meses, las relaciones precio-ventas para este cuarteto cuántico pintan un panorama preocupante:
IonQ: 146x ventas
Rigetti Computing: 981x ventas
D-Wave Quantum: 270x ventas
Quantum Computing Inc.: 2,990x ventas
El análisis histórico de burbujas tecnológicas anteriores revela que las empresas que lideran los avances de próxima generación generalmente alcanzaron picos en las relaciones P/S que oscilan entre 30 y 40x. Incluso utilizando proyecciones de ingresos más generosas para 2028, las cuatro empresas seguirían estando sustancialmente por encima de estos umbrales de corrección histórica. Esta divergencia sugiere un riesgo significativo a la baja.
La entrada de los gigantes tecnológicos cambia el panorama competitivo
Un tercer punto de presión involucra a los líderes tecnológicos “Magnificent Seven” que entran en el desarrollo cuántico. Alphabet, Microsoft y Amazon poseen reservas de efectivo masivas y capacidades de I+D que superan a sus competidores de pura jugada.
Alphabet demostró esta ventaja al presentar su unidad de procesamiento cuántico Willow en diciembre de 2024, ejecutando posteriormente algoritmos 13,000 veces más rápido que las supercomputadoras existentes. Microsoft contraatacó con su procesador Majorana 1 en febrero. Estos avances señalan que las ventajas de ser el primero en el mercado para empresas puras enfrentan amenazas genuinas de competidores mejor capitalizados.
Cuando los gigantes tecnológicos arraigados invierten agresivamente en sectores emergentes, los especialistas puros históricamente experimentan compresiones en su valoración. Estas grandes empresas pueden monetizar la computación cuántica como un componente dentro de sus ecosistemas más amplios en lugar de como productos independientes, lo que podría socavar la economía de los especialistas puros.
Existen Aplicaciones en el Mundo Real, Pero los Plazos Importan
Para ser claros, la computación cuántica representa un avance tecnológico legítimo. El Boston Consulting Group proyecta que el sector podría crear $450 mil millones a $850 mil millones en valor económico para 2040. Las aplicaciones que van desde la investigación farmacéutica hasta la mejora de la ciberseguridad y las previsiones meteorológicas tienen una auténtica promesa.
El servicio Braket de Amazon y Azure Quantum de Microsoft ya proporcionan acceso en la nube al hardware de IonQ y Rigetti, generando una adopción real por parte de los clientes. Esto valida la trayectoria de la tecnología, no las valoraciones actuales.
El Punto de Inflexión 2026
La combinación de tasas de quema de efectivo insostenibles, múltiplos de valoración extremos desconectados de precedentes históricos, la competencia inminente de rivales mejor capitalizados y la distancia reconocida de la tecnología respecto a la aplicabilidad generalizada crea una confluencia de riesgos. El comportamiento histórico del mercado sugiere que 2026 podría marcar un punto de inflexión donde la brecha entre las expectativas y la realidad se vuelve imposible de ignorar.
Esta evaluación no descarta el potencial a largo plazo de la computación cuántica. Más bien, reconoce que las tecnologías transformadoras típicamente atraviesan ciclos de auge y caída antes de alcanzar una rentabilidad sostenida. Los accionistas actuales pueden enfrentar una presión significativa en los próximos 12-18 meses mientras el mercado revalúa estos valores hacia valoraciones más consistentes con las empresas de tecnología en etapa de desarrollo.
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¿Las acciones de Computación cuántica enfrentan un inevitable ajuste de valoración en 2026?
El Rally Explosivo Oculta Vulnerabilidades Subyacentes
El sector de la computación cuántica ha cautivado la imaginación de Wall Street como pocas tecnologías antes que ella. En el último año, hasta finales de noviembre, las acciones de empresas puramente cuánticas han ofrecido rendimientos extraordinarios: IonQ se disparó un 829%, Rigetti Computing subió drásticamente, D-Wave Quantum aceleró hacia arriba, y Quantum Computing Inc. registró ganancias de tres dígitos. Estos movimientos astronómicos han llevado a comparaciones con frenéticas especulativas previas, sin embargo, pueden representar algo más precario que la burbuja de IA de la que se habla ampliamente.
Mientras que la inteligencia artificial ha dominado las conversaciones del mercado, la computación cuántica exhibe señales de advertencia reveladoras de una valoración excesiva que el precedente histórico sugiere que eventualmente se corregirá. La pregunta fundamental no es si la tecnología de computación cuántica tiene mérito—claramente lo tiene. Más bien, es si los precios actuales de las acciones reflejan con precisión la línea de tiempo de comercialización realista y las amenazas competitivas que enfrentan estas empresas.
Impresionantes Proyecciones de Crecimiento Colisionan con la Realidad Financiera
Las proyecciones de consenso de Wall Street prevén una expansión transformadora de los ingresos hasta 2027. Se espera que IonQ escale de $108 millones a $315 millones en ventas. Rigetti Computing enfrenta presión para crecer de $8 millones a $48 millones. D-Wave Quantum proyecta un aumento de ingresos de $25 millones a $74 millones, mientras que Quantum Computing Inc. tiene como objetivo escalar de $1 millones a $10 millones.
Estas trayectorias representan tasas de crecimiento potencial de tres dígitos que emocionarían a cualquier inversor. Sin embargo, el camino para lograr estos objetivos revela fallas en la tesis de inversión. La mayoría de estas empresas están perdiendo efectivo a un ritmo alarmante, consumiendo capital más rápido de lo que generan ingresos. Sin operaciones rentables a la vista, su único mecanismo de supervivencia implica ofertas de acciones continuas que diluyen a los accionistas existentes.
La reciente recaudación de capital de IonQ de $2 mil millones demuestra la intensidad del desafío de financiamiento. Sin embargo, tales recaudaciones de capital masivas solo enmascaran un problema más profundo: las empresas puras de computación cuántica carecen de acceso independiente a los mercados de crédito y deben recurrir a la dilución de accionistas como su principal mecanismo de financiamiento. Esta dinámica típicamente se acelera durante las correcciones del mercado cuando las valoraciones de capital caen.
Los patrones históricos sugieren expectativas sobrecalentadas
En las últimas tres décadas, las tecnologías comercializadas como “las próximas grandes cosas” han seguido un patrón predecible. Los inversores sobreestiman agresivamente las tasas de adopción, las capacidades de optimización en etapas iniciales y el tiempo hasta la utilidad. Cuando la realidad no coincide con estas expectativas exageradas, las correcciones ocurren con una regularidad sorprendente.
La computación cuántica sigue en su fase de comercialización más temprana. Los expertos de la industria reconocen que la tecnología está a años de resolver problemas del mundo real más rápido que las computadoras clásicas en la mayoría de las aplicaciones. La brecha entre las capacidades de laboratorio actuales y el despliegue práctico y generalizado sigue siendo sustancial.
Los múltiplos de valoración señalan extremos peligrosos
Quizás la evidencia más convincente aparece en las métricas de valoración. Basado en los ingresos de los últimos doce meses, las relaciones precio-ventas para este cuarteto cuántico pintan un panorama preocupante:
El análisis histórico de burbujas tecnológicas anteriores revela que las empresas que lideran los avances de próxima generación generalmente alcanzaron picos en las relaciones P/S que oscilan entre 30 y 40x. Incluso utilizando proyecciones de ingresos más generosas para 2028, las cuatro empresas seguirían estando sustancialmente por encima de estos umbrales de corrección histórica. Esta divergencia sugiere un riesgo significativo a la baja.
La entrada de los gigantes tecnológicos cambia el panorama competitivo
Un tercer punto de presión involucra a los líderes tecnológicos “Magnificent Seven” que entran en el desarrollo cuántico. Alphabet, Microsoft y Amazon poseen reservas de efectivo masivas y capacidades de I+D que superan a sus competidores de pura jugada.
Alphabet demostró esta ventaja al presentar su unidad de procesamiento cuántico Willow en diciembre de 2024, ejecutando posteriormente algoritmos 13,000 veces más rápido que las supercomputadoras existentes. Microsoft contraatacó con su procesador Majorana 1 en febrero. Estos avances señalan que las ventajas de ser el primero en el mercado para empresas puras enfrentan amenazas genuinas de competidores mejor capitalizados.
Cuando los gigantes tecnológicos arraigados invierten agresivamente en sectores emergentes, los especialistas puros históricamente experimentan compresiones en su valoración. Estas grandes empresas pueden monetizar la computación cuántica como un componente dentro de sus ecosistemas más amplios en lugar de como productos independientes, lo que podría socavar la economía de los especialistas puros.
Existen Aplicaciones en el Mundo Real, Pero los Plazos Importan
Para ser claros, la computación cuántica representa un avance tecnológico legítimo. El Boston Consulting Group proyecta que el sector podría crear $450 mil millones a $850 mil millones en valor económico para 2040. Las aplicaciones que van desde la investigación farmacéutica hasta la mejora de la ciberseguridad y las previsiones meteorológicas tienen una auténtica promesa.
El servicio Braket de Amazon y Azure Quantum de Microsoft ya proporcionan acceso en la nube al hardware de IonQ y Rigetti, generando una adopción real por parte de los clientes. Esto valida la trayectoria de la tecnología, no las valoraciones actuales.
El Punto de Inflexión 2026
La combinación de tasas de quema de efectivo insostenibles, múltiplos de valoración extremos desconectados de precedentes históricos, la competencia inminente de rivales mejor capitalizados y la distancia reconocida de la tecnología respecto a la aplicabilidad generalizada crea una confluencia de riesgos. El comportamiento histórico del mercado sugiere que 2026 podría marcar un punto de inflexión donde la brecha entre las expectativas y la realidad se vuelve imposible de ignorar.
Esta evaluación no descarta el potencial a largo plazo de la computación cuántica. Más bien, reconoce que las tecnologías transformadoras típicamente atraviesan ciclos de auge y caída antes de alcanzar una rentabilidad sostenida. Los accionistas actuales pueden enfrentar una presión significativa en los próximos 12-18 meses mientras el mercado revalúa estos valores hacia valoraciones más consistentes con las empresas de tecnología en etapa de desarrollo.