Estados Unidos se enorgullece de ser un referente en la dirección del mercado financiero global a largo plazo, y sus movimientos no solo reflejan la situación de la economía estadounidense, sino que también influyen profundamente en las decisiones de asignación de activos de los inversores a nivel mundial. Sin embargo, las fuertes volatilidades del mercado no suelen ser aleatorias, sino que derivan de desequilibrios económicos profundos y choques externos que se combinan.
Trayectoria histórica: el ciclo repetitivo de las caídas en las acciones estadounidenses
Mirando hacia atrás, las acciones estadounidenses han experimentado varias correcciones de diferentes magnitudes. Durante la Gran Depresión de 1929, el índice Dow Jones cayó un 89% en 33 meses, debido principalmente a un apalancamiento excesivo y un ambiente de especulación; en 1987, el “Lunes negro”, con una caída diaria del 22.6%, los efectos de la negociación algorítmica y el bloqueo de mercado provocaron una crisis de liquidez; en la era de la burbuja de internet en 2000, el Nasdaq se desplomó desde 5133 puntos hasta 1108, con una caída del 78%.
La crisis de las hipotecas subprime entre 2007 y 2009 provocó una caída del 52% en el índice Dow Jones, y en 2020, tras el impacto de la pandemia de COVID-19, los tres principales índices llegaron a detenerse temporalmente. El caso más reciente es el ciclo completo de ajuste de tasas de interés que ocurrió entre 2022 y 2023.
Análisis de las causas de la gran caída en las acciones en 2022
La caída del mercado en 2022 ejemplifica claramente las causas. Ese año, la Reserva Federal, para hacer frente a una crisis inflacionaria sin precedentes en 40 años, aumentó las tasas en 7 ocasiones, sumando un total de 425 puntos base. El índice de precios al consumidor en EE. UU. alcanzó un aumento anual del 9.1% en junio, marcando un máximo en 40 años. En medio de este mercado bajista por aumento de tasas, el S&P 500 cayó un 27%, y el Nasdaq un 35%. Además, la crisis energética provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania elevó los precios del petróleo, impulsando aún más la inflación y generando una doble presión de política restrictiva y choque geopolítico.
Por otro lado, en abril de 2025, el gobierno de Trump anunció una política de “aranceles recíprocos”, lo que volvió a generar turbulencias en el mercado. El Dow Jones cayó 2231 puntos en un solo día (una caída del 5.5%), el S&P 500 se desplomó un 5.97%, y el Nasdaq un 5.82%. En solo dos días, los tres principales índices acumularon caídas superiores al 10%, estableciendo el récord de la caída doble más severa desde marzo de 2020.
La cadena causal de burbujas de mercado y eventos desencadenantes
Analizando las sucesivas caídas en las acciones, no es difícil notar que en la mayoría de los casos el mercado ya había acumulado burbujas de valoración extremas, con valoraciones muy alejadas de los fundamentos económicos. Cuando estas burbujas alcanzan su límite, cualquier cambio en políticas o impacto externo puede ser la última gota que derrama el vaso.
La Gran Depresión de 1929 fue causada por un apalancamiento excesivo y una guerra comercial posterior; el “Lunes negro” de 1987 se originó por la pérdida de control en la negociación algorítmica y la contracción de liquidez tras las subidas de tasas previas; antes del estallido de la burbuja de internet en 2000, la Reserva Federal empezó a subir rápidamente las tasas desde finales de 1999, destruyendo gradualmente la confianza en las empresas de internet con pérdidas. Estos casos muestran que los mercados sobrevalorados son los más vulnerables, y que un cambio en las expectativas de política o eventos puede hacer que la fuga de capitales se acelere instantáneamente.
Efecto dominó: cómo las turbulencias en EE. UU. afectan a los activos globales
Las caídas en las acciones estadounidenses suelen activar un patrón típico de “modo de refugio” — el dinero fluye rápidamente desde activos de alto riesgo como las acciones y las Cripto hacia activos defensivos como los bonos del Tesoro, el dólar y el oro.
En el mercado de bonos, la reacción es más directa. Los inversores venden en masa acciones y se refugian en bonos públicos, elevando los precios de los bonos y reduciendo los rendimientos. Datos históricos muestran que, tanto en correcciones alcistas como en cambios a mercado bajista, los rendimientos de los bonos estadounidenses tienden a caer unos 45 puntos base en los siguientes seis meses. Sin embargo, si la caída se debe a una inflación dañina (como en 2022), en las primeras etapas de aumento de tasas puede ocurrir un escenario de “caída doble” en acciones y bonos.
En el movimiento del dólar, los inversores globales, en medio del pánico, venden activos en mercados emergentes y otras monedas para comprar dólares y protegerse, lo que provoca una apreciación del dólar. Cuando se produce una tendencia de desleveraging, los inversores cierran posiciones en dólares para pagar préstamos denominados en esa moneda, generando una fuerte demanda de compra.
El oro tiene una doble naturaleza. Si la caída en las acciones coincide con expectativas de reducción de tasas, el oro se beneficia por su carácter de refugio y por la caída de las tasas de interés; pero si ocurre en las primeras etapas de aumento de tasas, las tasas altas pueden reducir su atractivo.
Las materias primas suelen caer en línea con las acciones, ya que el mercado anticipa una recesión que disminuirá la demanda de insumos industriales. La excepción sería si la caída se debe a conflictos geopolíticos que interrumpen el suministro, en cuyo caso los precios del petróleo pueden subir en contra de la tendencia.
Las Cripto aunque algunos las consideran como “oro digital”, en realidad su comportamiento se asemeja más a las acciones tecnológicas de alto riesgo. Cuando las acciones caen, los inversores tienden a vender Cripto para obtener liquidez.
Riesgos de correlación en el mercado taiwanés
El mercado de Taiwán tiene una alta correlación con las acciones estadounidenses, transmitiendo los impactos principalmente a través de tres canales:
El aspecto emocional — en cuanto las acciones en EE. UU. caen, la ansiedad global se propaga rápidamente, y los inversores en mercados emergentes como Taiwán enfrentan ventas masivas. La crisis global de marzo de 2020, durante la pandemia, es un ejemplo claro.
El flujo de capital — los fondos extranjeros son un motor clave en el mercado taiwanés. Cuando las acciones en EE. UU. experimentan volatilidad significativa, los inversores internacionales, para atender necesidades de liquidez, suelen retirar fondos de mercados emergentes, incluyendo Taiwán, generando presión vendedora.
El impacto en la economía real — es el factor más fundamental y duradero. EE. UU. es el principal mercado de exportación de Taiwán; una recesión en EE. UU. reduce directamente la demanda de importaciones, afectando especialmente a las empresas tecnológicas y manufactureras taiwanesas, y finalmente reflejándose en la caída de sus precios de acciones. La crisis financiera de 2008 es un ejemplo de ello.
Estrategias para inversores ante caídas del mercado
Las caídas en las acciones estadounidenses no ocurren de forma repentina, por lo que los inversores deben monitorear continuamente cuatro factores clave:
Datos económicos — PIB, datos de empleo, índice de confianza del consumidor y beneficios corporativos son indicadores esenciales para evaluar la salud económica.
Política monetaria — la dirección de las tasas de interés es crucial. La subida de tasas por parte de la Reserva Federal aumenta los costos de endeudamiento y frena el consumo y la inversión, presionando a la baja el mercado; la bajada de tasas tiene el efecto opuesto.
Eventos geopolíticos — conflictos internacionales, cambios políticos y ajustes en políticas comerciales pueden alterar rápidamente la percepción del mercado.
El sentimiento del mercado — en sí mismo, es un indicador. Las expectativas optimistas elevan los precios, mientras que el pánico y las preocupaciones los hacen caer.
Frente a la volatilidad del mercado, las estrategias prácticas incluyen: ajustar la asignación de activos, reducir moderadamente la proporción de activos de riesgo en acciones, aumentar la liquidez y mantener bonos de alta calidad; para inversores con conocimientos especializados, el uso prudente de instrumentos derivados como opciones, mediante estrategias de protección con puts, puede ofrecer protección a las posiciones.
Lo fundamental es que datos económicos, señales políticas y eventos geopolíticos poco saludables suelen manifestarse semanas o meses antes. Seguir cuidadosamente la dinámica del mercado y reducir la brecha informativa es la clave para posicionarse oportunamente antes de que llegue el riesgo.
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Interpretación de las grandes caídas en las acciones estadounidenses: desde el estallido de la burbuja hasta el impacto de las políticas
Estados Unidos se enorgullece de ser un referente en la dirección del mercado financiero global a largo plazo, y sus movimientos no solo reflejan la situación de la economía estadounidense, sino que también influyen profundamente en las decisiones de asignación de activos de los inversores a nivel mundial. Sin embargo, las fuertes volatilidades del mercado no suelen ser aleatorias, sino que derivan de desequilibrios económicos profundos y choques externos que se combinan.
Trayectoria histórica: el ciclo repetitivo de las caídas en las acciones estadounidenses
Mirando hacia atrás, las acciones estadounidenses han experimentado varias correcciones de diferentes magnitudes. Durante la Gran Depresión de 1929, el índice Dow Jones cayó un 89% en 33 meses, debido principalmente a un apalancamiento excesivo y un ambiente de especulación; en 1987, el “Lunes negro”, con una caída diaria del 22.6%, los efectos de la negociación algorítmica y el bloqueo de mercado provocaron una crisis de liquidez; en la era de la burbuja de internet en 2000, el Nasdaq se desplomó desde 5133 puntos hasta 1108, con una caída del 78%.
La crisis de las hipotecas subprime entre 2007 y 2009 provocó una caída del 52% en el índice Dow Jones, y en 2020, tras el impacto de la pandemia de COVID-19, los tres principales índices llegaron a detenerse temporalmente. El caso más reciente es el ciclo completo de ajuste de tasas de interés que ocurrió entre 2022 y 2023.
Análisis de las causas de la gran caída en las acciones en 2022
La caída del mercado en 2022 ejemplifica claramente las causas. Ese año, la Reserva Federal, para hacer frente a una crisis inflacionaria sin precedentes en 40 años, aumentó las tasas en 7 ocasiones, sumando un total de 425 puntos base. El índice de precios al consumidor en EE. UU. alcanzó un aumento anual del 9.1% en junio, marcando un máximo en 40 años. En medio de este mercado bajista por aumento de tasas, el S&P 500 cayó un 27%, y el Nasdaq un 35%. Además, la crisis energética provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania elevó los precios del petróleo, impulsando aún más la inflación y generando una doble presión de política restrictiva y choque geopolítico.
Por otro lado, en abril de 2025, el gobierno de Trump anunció una política de “aranceles recíprocos”, lo que volvió a generar turbulencias en el mercado. El Dow Jones cayó 2231 puntos en un solo día (una caída del 5.5%), el S&P 500 se desplomó un 5.97%, y el Nasdaq un 5.82%. En solo dos días, los tres principales índices acumularon caídas superiores al 10%, estableciendo el récord de la caída doble más severa desde marzo de 2020.
La cadena causal de burbujas de mercado y eventos desencadenantes
Analizando las sucesivas caídas en las acciones, no es difícil notar que en la mayoría de los casos el mercado ya había acumulado burbujas de valoración extremas, con valoraciones muy alejadas de los fundamentos económicos. Cuando estas burbujas alcanzan su límite, cualquier cambio en políticas o impacto externo puede ser la última gota que derrama el vaso.
La Gran Depresión de 1929 fue causada por un apalancamiento excesivo y una guerra comercial posterior; el “Lunes negro” de 1987 se originó por la pérdida de control en la negociación algorítmica y la contracción de liquidez tras las subidas de tasas previas; antes del estallido de la burbuja de internet en 2000, la Reserva Federal empezó a subir rápidamente las tasas desde finales de 1999, destruyendo gradualmente la confianza en las empresas de internet con pérdidas. Estos casos muestran que los mercados sobrevalorados son los más vulnerables, y que un cambio en las expectativas de política o eventos puede hacer que la fuga de capitales se acelere instantáneamente.
Efecto dominó: cómo las turbulencias en EE. UU. afectan a los activos globales
Las caídas en las acciones estadounidenses suelen activar un patrón típico de “modo de refugio” — el dinero fluye rápidamente desde activos de alto riesgo como las acciones y las Cripto hacia activos defensivos como los bonos del Tesoro, el dólar y el oro.
En el mercado de bonos, la reacción es más directa. Los inversores venden en masa acciones y se refugian en bonos públicos, elevando los precios de los bonos y reduciendo los rendimientos. Datos históricos muestran que, tanto en correcciones alcistas como en cambios a mercado bajista, los rendimientos de los bonos estadounidenses tienden a caer unos 45 puntos base en los siguientes seis meses. Sin embargo, si la caída se debe a una inflación dañina (como en 2022), en las primeras etapas de aumento de tasas puede ocurrir un escenario de “caída doble” en acciones y bonos.
En el movimiento del dólar, los inversores globales, en medio del pánico, venden activos en mercados emergentes y otras monedas para comprar dólares y protegerse, lo que provoca una apreciación del dólar. Cuando se produce una tendencia de desleveraging, los inversores cierran posiciones en dólares para pagar préstamos denominados en esa moneda, generando una fuerte demanda de compra.
El oro tiene una doble naturaleza. Si la caída en las acciones coincide con expectativas de reducción de tasas, el oro se beneficia por su carácter de refugio y por la caída de las tasas de interés; pero si ocurre en las primeras etapas de aumento de tasas, las tasas altas pueden reducir su atractivo.
Las materias primas suelen caer en línea con las acciones, ya que el mercado anticipa una recesión que disminuirá la demanda de insumos industriales. La excepción sería si la caída se debe a conflictos geopolíticos que interrumpen el suministro, en cuyo caso los precios del petróleo pueden subir en contra de la tendencia.
Las Cripto aunque algunos las consideran como “oro digital”, en realidad su comportamiento se asemeja más a las acciones tecnológicas de alto riesgo. Cuando las acciones caen, los inversores tienden a vender Cripto para obtener liquidez.
Riesgos de correlación en el mercado taiwanés
El mercado de Taiwán tiene una alta correlación con las acciones estadounidenses, transmitiendo los impactos principalmente a través de tres canales:
El aspecto emocional — en cuanto las acciones en EE. UU. caen, la ansiedad global se propaga rápidamente, y los inversores en mercados emergentes como Taiwán enfrentan ventas masivas. La crisis global de marzo de 2020, durante la pandemia, es un ejemplo claro.
El flujo de capital — los fondos extranjeros son un motor clave en el mercado taiwanés. Cuando las acciones en EE. UU. experimentan volatilidad significativa, los inversores internacionales, para atender necesidades de liquidez, suelen retirar fondos de mercados emergentes, incluyendo Taiwán, generando presión vendedora.
El impacto en la economía real — es el factor más fundamental y duradero. EE. UU. es el principal mercado de exportación de Taiwán; una recesión en EE. UU. reduce directamente la demanda de importaciones, afectando especialmente a las empresas tecnológicas y manufactureras taiwanesas, y finalmente reflejándose en la caída de sus precios de acciones. La crisis financiera de 2008 es un ejemplo de ello.
Estrategias para inversores ante caídas del mercado
Las caídas en las acciones estadounidenses no ocurren de forma repentina, por lo que los inversores deben monitorear continuamente cuatro factores clave:
Datos económicos — PIB, datos de empleo, índice de confianza del consumidor y beneficios corporativos son indicadores esenciales para evaluar la salud económica.
Política monetaria — la dirección de las tasas de interés es crucial. La subida de tasas por parte de la Reserva Federal aumenta los costos de endeudamiento y frena el consumo y la inversión, presionando a la baja el mercado; la bajada de tasas tiene el efecto opuesto.
Eventos geopolíticos — conflictos internacionales, cambios políticos y ajustes en políticas comerciales pueden alterar rápidamente la percepción del mercado.
El sentimiento del mercado — en sí mismo, es un indicador. Las expectativas optimistas elevan los precios, mientras que el pánico y las preocupaciones los hacen caer.
Frente a la volatilidad del mercado, las estrategias prácticas incluyen: ajustar la asignación de activos, reducir moderadamente la proporción de activos de riesgo en acciones, aumentar la liquidez y mantener bonos de alta calidad; para inversores con conocimientos especializados, el uso prudente de instrumentos derivados como opciones, mediante estrategias de protección con puts, puede ofrecer protección a las posiciones.
Lo fundamental es que datos económicos, señales políticas y eventos geopolíticos poco saludables suelen manifestarse semanas o meses antes. Seguir cuidadosamente la dinámica del mercado y reducir la brecha informativa es la clave para posicionarse oportunamente antes de que llegue el riesgo.