Cuanto menos conocimiento tiene una persona, más obstinada se vuelve. Aunque está claramente equivocada, se aferra a su punto de vista y su voz se vuelve cada vez más alta, su expresión facial se torna cada vez más desagradable. Cuanto más intentas razonar, más se irrita. Cuando la percepción de una persona es baja, su interior es más frágil; en realidad, lo que está combatiendo no eres tú, sino ese yo que teme ser descubierto. Cuando él siente vagamente que puede estar equivocado, su primera reacción no es reflexionar, sino convertirse en agresivo, utilizando su volumen, su presencia, e inclu
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