He descubierto que los niños pueden distinguir las diferencias de carácter desde pequeños.
Mi hijo mayor es del tipo «experiencial», necesita experimentar todo lo que ve, bastante espontáneo.
El menor pertenece al tipo «lógico», puede jugar con algo durante medio día, como un cochecito o bloques, volteándose y probando diferentes posturas y formas de jugar para ver qué resultados obtienen, siempre entrenando su capacidad lógica.
Y yo, además de forzarme a entrar en «modo lógico» cuando trabajo, en la vida diaria soy un ENFP, un perrito feliz.
Pero mi verdadera naturaleza es la de un perrito fe
Ver originales