Envejecemos demasiado pronto y nos hacemos sabios demasiado tarde. La mayoría de los traders no se rinden porque son incapaces. Dejaron de hacerlo porque aprendieron las lecciones correctas después de que ya se había hecho el daño. El mercado enseña rápido. Los egos aprenden lento.
Cada vez que haces clic sin esperar, le estás enseñando a tu cerebro una regla: “La urgencia gana.” Haz eso el tiempo suficiente y ninguna estrategia puede salvarte. El mercado no se preocupa por lo que sabes. Solo reacciona a lo que haces bajo presión.