En resumen
Los deepfakes, que alguna vez fueron una novedad, han evolucionado rápidamente hacia una amenaza sistémica para los negocios, la sociedad y la democracia, exigiendo una regulación urgente, herramientas de detección robustas y una mayor alfabetización mediática para salvaguardar la confianza en el mundo digital.
Los deepfakes ya no son una novedad. Están rápidamente